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No voté por un cambio para seguir viendo los mismos vicios desde la otra orilla.
¿No hay en el gobierno de la Colombia Humana alguien que coja un teléfono y le avise a Nórida Rodríguez que ya no va más?
En Irra las historias bandoleras de los años 50 fueron sepultadas por las del asedio guerrillero de los años 80 y 90.
Como tantos, yo también leí “La Vorágine” en el colegio y lo odié.
Es el esbozo de una historia a la que aún le falta complejidad, con un personaje que actúa desde el deseo femenino, pero se ve plano.
Yo pienso: sí, siquiera hay señoros en vías de extinción.
Si nombran a alguien sin manejo del tema veo alto riesgo de que se convierta en amanuense del secretario general de la Alcaldía.
Este modelo de sociedad en el que las mujeres libres se consideran desde tiempos antiquísimos como amenazas.
