Así cantamos muchos cuando de jóvenes el movimiento Scout encendía nuestros ánimos para conocer; tragarnos el mundo a sorbos de gozo; ampliar nuestro amor a Dios, a la naturaleza, a los demás con “lealtad, pureza y sacrificio” navegando en el misterio de la vida y el cosmos.
Hoy 27 de septiembre es el Día Internacional del Turismo, que nos abre caminos inmensos y hermosos para recorrer y conocer la grandeza de la Creación y las obras sorprendentes edificadas desde la antigüedad hasta hoy por la obra inteligente y artística de los seres humanos. Las realizaciones nacidas de culturas antiguas como modernas deben asombrarnos hasta llegar a amarnos de verdad, para no parecernos a niños groseros que luego destruimos con la guerra la historia vivida.
Un 27 de septiembre, en 1883, hace hoy 140 años, nació el que fuera militar y escritor Francés Sr. Ernest Psichari, quien en sus reflexiones nos hace pensar en lo que anota otro escritor: “mira la vida con los ojos del turista, que ve la belleza donde otros ven rutina o burla”. Psichari como militar recorrió grandes territorios y al ver el ejemplo de muchos jóvenes católicos, de amistad con Jacques y Raísa Maritain y lecturas de Charles Peguy y Tomás de Aquino escribió algunas obras en las cuales insiste en la mirada positiva y placentera de la vida desde la persona ejemplar de Jesús de Nazaret. En “tierras de sol y de sueño” y “el viaje del centurión” Ernest nos amplía la mirada. Murió el 22 de agosto de 1914.
Invitación este Día del Turismo para tener interés por el mundo que estamos viviendo y que tal vez cambie de asombros, pues no sabemos si dentro de algunos decenios no tengamos muchas cosas qué mostrar por efecto del cambio climático; tal vez pierdan su encanto muchos lugares, desaparezcan muchas maravillas de la naturaleza como han desaparecido las nieves de nuestros páramos cercanos que aún nos regalan instantáneas de la belleza de nieve en esplendor.
Nos falta más amor a la historia, más memoria de sus esfuerzos, más contemplación de la belleza de la creación y más gratitud para con el Creador y quienes han dejado obras de magnitud plausible. Desde la Voz creadora,estamos sumergidos en un amor que recorre el Alfa y la Omega, la creación y la pasión por construir el bien. La vida debe ser un diario ofertorio que levantando la patena universal podamos cantar y agradecer.