El monasterio copto de San Simeón fue la iglesia más grande de Egipto. Está en ruinas, pero su visita es interesante porque todavía se admiran en sus dos enormes terrazas la basílica y las habitaciones de los monjes y los frescos de los apóstoles. Para llegar a él se atraviesa el río en faluca y se prosigue el viaje en camello. Este viaje sobre el manso camello es memorable. Montado sobre el lomo del noble y paciente animal se recuerdan ”los lánguidos camellos de elásticas cervices” de Guillermo Valencia. Hace calor, sí, mucho calor, pero el paseo por las dunas es muy hermoso y se presta para maravillosas y sugerentes fotografías. De paso para el monasterio de San Simeón se visitan las Tumbas de los Nobles. Están excavadas en la roca arenisca y serían como nuestros cementerios, o sea donde se enterraba a los que no fueron el faraón y su familia: a nobles, sacerdotes, trabajadores, maestros de obra, etc. Están decoradas con muchas pinturas e inscripciones que muestran la vida diaria de los egipcios de la época.
Del mismo lado del río y dominando la colina se encuentra una construcción maciza, modesta en proporciones, cuadrada y rematada por una cúpula redonda. Siempre me ha parecido muy bella en su simplicidad. Es la tumba del Aga Khan, el cuadragésimo octavo imán ismaelí chiita, el líder supremo de los musulmanes ismaelitas. Recordemos que Abrahán tuvo con Sara a su único hijo Isaac. Abrahán, Isaac y Jacob son los tres patriarcas claves en la historia de Israel. Abrahán es el padre del judaísmo. Los musulmanes lo llaman también Ibrahim. Abrahán o Abraham es así, un profeta importante para los judíos, los cristianos y los musulmanes. Como Abrahán no tenía de momento hijos con Sara, “conoció” (expresión bíblica para expresar la relación) a Agar, la esclava y ese hijo es Ismael, padre de los agarenos o ismaelitas. Vendrían luego desavanencias entre Agar y Sara cuando esta tuvo a Isaac. Isaac tuvo por esposa a Rebeca y por hijo a Jacob que es el padre de las 12 tribus de Israel, que llevan los nombres de los hijos de Jacob. Volvamos al Aga Khan III que nació en 1877 y murió en 1957. Sus antecesores como líderes de los ismaelitas fueron sucesivamente el Aga Khan I y II. El Aga Khan enterrado en Asuán, fue un hombre multimillonario, dueño de caballos finos que ganaron muchas carreras en los más importantes hipódromos del mundo incluido el famoso de Epsom de Londres. Tenía categoría de rey y quizás fue el más promocionado en todos los círculos sociales y monárquicos del planeta, por lo que él representaba y por su cuarta esposa, la famosa Begum.
Estuvo casado 4 veces y su última esposa fue Yvonne Blanche Labrousse, (llamada la Begum), una ciudadana francesa que fue Miss Lyon en 1929 y Miss Francia en 1930 y que había nacido en 1906 y muerto el año 2000. Era, por lo tanto, una mujer de gran belleza que se movía por el alto mundo con mucha elegancia. Recuerdo de mis lecturas de juventud que una misteriosa mujer todos los días llevaba una rosa al sepulcro del Aga Khan. Ahora sé que esa mujer era la Begum que cuando no podía llevar la flor encargaba al jardinero. Por eso la apodaron: ”La rosa roja”. Ella está enterrada también en el mausoleo de su esposo. La tumba del Aga Khan está cerrada al público.
La bella historia de la Begum llevando todos los días una rosa roja a la tumba de su esposo me recuerda una historia parecida.