Juan Pablo López Castaño, de 27 años. Tiene otras dos sentencias, una del 21 de diciembre del 2017, por hurto calificado y agravado. Otra, por tráfico de armas, del 28 de julio pasado.

Juan Pablo López Castaño, de 27 años. Tiene otras dos sentencias, una del 21 de diciembre del 2017, por hurto calificado y agravado. Otra, por tráfico de armas, del 28 de julio pasado.

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LA PATRIA| MANIZALES

"Se acabó con la vida, no solo de Adelaida, sino de los familiares que le sobreviven, por el golpe sufrido. Es una grave conducta, fue un daño real el creado. Se aprovechó de la indefensión de la abuela y actuó con sevicia. Una crueldad excesiva, que permite concluir que tiene un alto grado de insensibilidad. Debe tener una pena ejemplarizante".

Esto dijo la fiscal, al referirse a la condena que debía recibir, vía preacuerdo (pasó de autor a cómplice), Juan Pablo López Castaño, de 27 años, quien aceptó que asesinó a su abuela, Adelaida Vásquez Arias, de 63.

El día del crimen, hace un año y 8 días, en la vivienda de la calle 99 Nº 23-01, de La Enea, Juan Pablo usó diferentes tipos de arma para atacar a su familiar: machete, cuchillo y destornillador.

Hoy paga por este crimen, que generó indignación en Manizales. Antes de ayer fue la lectura de sentencia y el juzgado a cargo le dio 37 años y 6 meses de prisión por homicidio agravado. Debe recordarse que primero se le había imputado feminicidio, pero como lo explicó la delegada del ente acusador, "no toda muerte de una mujer es catalogada como tal".

Caso

A él lo detuvieron en noviembre del año pasado. El defensor pidió la nulidad, pues con otras pruebas se determinó que no se trató de un caso en el contexto de violencia de género y que todo indicaba que el joven actuó por su adicción a las drogas.

"El crimen no se dio en un contexto de feminicidio. Hubo, sí, un exceso de violencia, pero no se dio subordinación de la abuela hacia él, ni se aprovechó de su vulnerabilidad. Le provocó sufrimientos innecesarios durante la muerte, pero no es feminicidio. El ente acusador también tiene que ser garante de los derechos de los procesados", argumentó en su momento el persecutor.

La procuradora, por su parte, contó que lo que se tenía era que el hombre atacó a su abuela, no por ser mujer, sino porque creía que le estaban quitando la herencia que le dejó la mamá. Al parecer, se enojaba porque no le entregaban dinero de eso, sumado a su adicción a las drogas, por lo que buscaba con qué consumir.

Feminicidio

Se considera así cuando lo ejecuta quien haya tenido una relación íntima con la víctima, ejerza sobre el cuerpo y la vida de ella actos de instrumentalización de género o sexual, o cometa el delito aprovechando relaciones de poder ejercidas sobre la mujer para generar terror o humillación.

El caso

  • El asesino le generó múltiples lesiones en diferentes partes del cuerpo. En cuero cabelludo, en el cráneo, en tejidos blandos, tórax, dorso, abdomen, ambos brazos y en piernas, con fracturas, al parecer en un forcejeo.
  • Incluso, después de muerta, la atacó en la cara con un destornillador. Se le hallaron hematomas en el cuello, producto de asfixia mecánica, narró la Fiscalía, al tiempo que destacó que le causó muchas más lesiones de las necesarias para quitarle la vida a una persona. Es decir, hubo sevicia. Adicional, hirió al compañero permanente de Adelaida, quien intentó defenderla.

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