Ciudades sostenibles y competitivas sin empleo

“El concepto de empleo estable surgió cuando los empresarios japoneses se dieron cuenta de que tenían que hacer planes a largo plazo”.
Akio Morita
Empresario japonés, cofundador de Sony

¿Cómo pueden los empresarios aportar ideas, conocimiento y experiencia para reducir los preocupantes índices de desempleo?

Es urgente que alcaldes (y gobernadores) tomen medidas rápidas y efectivas que promuevan la generación de empleo. Las más recientes cifras nacionales demuestran los malos resultados del Eje Cafetero.

Es necesario tomar conciencia de que la velocidad de los cambios económicos y sociales en el mundo han transformado el rol de las ciudades de hoy. Aunque en Colombia sigue existiendo una fuerte dependencia de las transferencias (Sistema General de Participaciones -SGP-) para sectores clave como la educación y la salud, entre otros. Sin embargo el desarrollo económico, y por tanto la generación de empleo, cada día obedece menos a decisiones del gobierno nacional y mucho más a estrategias locales.

También es necesario que las ciudades encuentren, definan o fortalezacan su VOCACIÓN, así en mayúsculas. No puede seguir sucediendo que los programas de gobierno y los planes de desarrollo sean una interminable lista de programas y proyectos que se repiten casi textualemente cada cuatro años. Son pocas las excepciones.

Ahora está de moda declarar que somos o seremos ciudades amables o ciudades sostenibles o ciudades competitivas y un sinnúmero de buenas intenciones. No obstante la realidad demuestra que la mayoría de los planes de desarrollo de la región (todos muy parecidos) adolece de estrategias claras y medibles que promuevan sectores productivos específicos con alta capacidad de crear empleos estables y bien remunerados.

En Manizales se ha hecho una apuesta importante en los últimos años por promover los call center. Allí se han generado trabajos pero la estabilidad no es la deseada dado que la duración de los contratos de trabajo está condicionada también a la duración de los contratos de los call center con sus clientes.

Es decir, es posible, gracias a las decisiones locales, incentivar sectores económicos concretos. Sin embargo muchas veces los funcionarios encargados de tomarlas no siempre cuentan con la experiencia o la audacia necesarias para traducir en políticas públicas de largo plazo las iniciativas privadas. Lo más frecuente es que los tomadores de decisiones se apropien, injustamente, de los resultados favorables de la economía, y evadan las responsabilidades cuando los resultados son negativos, como sucede ahora con el aumento del desempleo.

Otro factor, valorado exagerada e inapropiadamente, consiste en creer que la inercia de los negocios o las reformas tributarias llevará necesariamente a la creación de más empleo. El empleo única y exclusivamente se genera porque los empresarios los necesiten. O sea, cuando los consumidores de sus productos y servicios crece. Así de simple.

Lo anterior quiere decir que para desarrollar políticas de generación de empleo de largo plazo, estable y bien remunerado es imprescindible crear las condiciones para que determinados gremios o empresas tengan mayores y mejores mercados. Y todavía no están claras esas políticas.

Todas nuestras ciudades quieren promover la industria, el comercio, el turismo, ser sostenibles, quieren ser ciudades universitarias o desarrollar nuevas tecnologías pero no se puede ser todo a la vez en condiciones competitivas. Los ejemplos nacionales y mundiales abundan.

Varios municipios del Quindío son existosos en generación de negocios relacionados con el turismo. Pereira y su área metropolitana tienen ventajas considerables respecto de otras zonas de la región en el área del comercio.

Fuera del Eje Cafetero es claro que Medellín y su área metropolitana son ejemplo de desarrollo industrial.

Madrid o París son excelentes proveedores de servicios y entre ellos el turismo es motor de su economía.

Ahora que se habla tanto de think takns (tanques de pensamiento) bien valdría la pena que los alcaldes y gobernadores, los empresarios y las universidades sumaran sus conocimientos, experiencias y recursos para realizar los estudios y desarrollar políticas públicas de largo plazo que incentiven la creación de empleo. Todos saldríamos ganadores. No existen negocios sostenibles en entornos no sostenibles.

La innovación y la creatividad (I&C), conceptos muy de moda en el sector privado, se requieren con urgencia en el sector público. Las cámaras de comercio y la academia tienen la oportunidad de aportarle sus experiencias.

Y la RSE (Responsabilidad Social Empresarial) tiene aquí, también, un amplio espacio de acción. Tal vez podamos convertirnos en productores –y exportadores- de conocimiento en esta materia.

mejia.mejia@colombia.com