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El paro completa cerca de 3 semanas y esta situación no arroja soluciones concretas. Por el contrario, se observan perjuicios de toda clase. Desde muertes de jóvenes hasta desabastecimiento de alimentos y miles de empleos en peligro. Ni desde el Gobierno Nacional, ni desde el comité de paro se hacen los esfuerzos suficientes para sentarse a hablar de los asuntos que son fundamentales en esta coyuntura y en el mediano y largo plazo.

 Las vías en buena medida permanecen bloqueadas en diferentes puntos de la geografía nacional y eso ha llevado a que surjan afectaciones graves para la economía. Inclusive los perjuicios actuales podrían ser equivalentes o peores a los que se tuvieron durante todo el año pasado a causa de la pandemia de covid-19. Eso, necesariamente, se va a reflejar en más problemas sociales. Así, lo que se busca solucionar va a terminar generando una profundización de las dificultades que tenemos.

 De extenderse más esta crisis, la pérdida de empleos será inminente, lo que llevaría a que los ingresos de los hogares se vean disminuidos de manera peligrosa. De hecho, numerosas empresas del país y, desde luego, de Caldas, se han quedado sin materias primas o sin poder transportar los productos elaborados, debido a que bloqueos lo han parado todo. En ese contexto, hay fábricas prácticamente cerradas, no porque los dueños o los trabajadores no estén dispuestos a desarrollar sus tareas, sino porque no se tienen las condiciones para hacerlo.

 Ya, de hecho, según la Andi Caldas, 3 empresas de Manizales pararon su producción, 4 trabajan al 20% de su capacidad y 3 más tienen materias primas para desarrollar su labor hasta este fin de semana. La semana entrante se quedarán de brazos cruzados. Por ahora, en muchas de ellas los trabajadores se fueron a sus casas bajo la figura de licencia de trabajo, pero para muchos empresarios esta es una circunstancia que no es sostenible y podría terminar en corte de puestos de trabajo.

 Es urgente que el Gobierno Nacional garantice que las carreteras funciones con normalidad, para el flujo de mercancías de todo tipo. Si bien se han dado avances en cuanto a corredores humanitarios para alimentos perecederos, medicinas y enfermos, por ejemplo, se necesita que no haya ninguna interrupción en la dinámica económica. Al ya elevado desempleo que tenemos y a la pobreza creciente de los colombianos, lo que está ocurriendo hará que sea más difícil avanzar hacia la recuperación.  
 
Hay que tener en cuenta que las pequeñas empresas son las que más sufren en situaciones como esta, ya que su músculo financiero es débil y las posibilidades de sostenibilidad se agotan en días. También, que las empresas de construcción que se han visto afectadas, ante la imposibilidad de contar con los materiales de trabajo, generan gran cantidad de empleo para personas de bajos ingresos, y al no funcionar los recursos para las familias más pobres se afectan seriamente. La solución a los problemas no se logra haciéndolos más graves, sino buscando salidas para beneficio de todos.