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Pasa el tiempo y en lugar de las soluciones prometidas para la Institución Educativa Baldomero Sanín Cano (Inem), de Manizales, se acumulan las desilusiones y las dificultades. Los padres de familia están cada vez más desesperados, porque la calidad de educación para sus hijos es precaria y hasta indigna, tomando en cuenta el abandono en el que ha caído la institución en diversos aspectos.

Han pasado varias administraciones municipales en las que se han prometido soluciones, pero el resultado ha sido nulo. Hace un año se asumieron compromisos que no se han cumplido, y los traslados temporales de estudiantes a otras instituciones solo vienen generado nuevas incomodidades, como se evidencia en los casos ocurridos en el Liceo Isabel La Católica.

Razón tienen los padres de los estudiantes al afirmar que, al parecer, les tocará irse hacia otros colegios de manera definitiva, porque el futuro de sus hijos está en juego. Lo complejo es que esta institución fue en el pasado modelo de inclusión, logrando establecer estrategias pedagógicas que facilitaban la convivencia de niños y jóvenes con variadas condiciones de aprendizaje, y que todo ese importante avance se perdió.

El marchitamiento del INEM se evidencia en las cifras de estudiantes, que al 31 de enero del 2020 eran 728 estudiantes, y ahora solo hay 388, lo que ha llevado a que los docentes también sean reubicados contra su voluntad y que la deserción siga en aumento. Es triste ver esta situación cuando en un país como Colombia lo que se necesita es facilitarles a los niños y jóvenes las condiciones para que asistan a las escuelas y se enamoren del aprendizaje. La realidad es que el Estado ha sido inferior a sus responsabilidades.

Estamos ante una infraestructura de 50 años a la que le ha faltado por décadas el debido mantenimiento y que hoy luce abandonada, y cada vez peor. Supuestamente ya se tienen estudios para hacer las intervenciones necesarias, pero aún no hay fecha de inicio, e incluso hay dudas en la conclusiones de los estudios. Además, se han lanzado cifras sacadas del sombrero acerca de los supuestos costos de la recuperación (por encima de los $10 mil millones), y por ser recursos cuantiosos se evaden los compromisos de remediar la crisis. Es  vergonzoso observar un área de terreno tan significativa y una construcción con vocación educativa en el estado en que se encuentra y sin soluciones a la vista.

También existe la idea de hacer una especie de permuta con la Universidad de Caldas para que la institución de educación superior tome parte de la planta física del Inem para sus actividades académicas, a cambio de terrenos que se necesitan para la construcción de la Línea 3 del Cable Aéreo, pero en esto tampoco se han logrado acuerdos, y más que cercanías hay distanciamientos, lo que también contribuye a agravar la situación del Inem.