Para muchos es extraño encontrar en la Biblia el libro del Cantar de los cantares, porque dicen que sus expresiones de un apasionado amor no encajan dentro de la relación del hombre con Dios. La verdad es que el Nuevo Testamento da espaldarazo de apoyo al afirmar que Dios es Amor, que el mandamiento principal es amarlo y amarnos como hermanos.
La literatura universal resalta obras que expresan romances de alto significado y vivencia. Nuestra literatura colombiana tiene una obra que se clasifica de clásica en este género y que por momentos parece un eco del bello Cantar de los cantares. Es un romance vivido en nuestras tierras del Valle del Cauca y que pasa por cantidad de aspectos y brillos como una pirotecnia nocturna y festiva, sin asomos de palabras grotescas y expresiones molestas.
Jorge Ricardo lsaacs Ferrer nació en 1837 en Cali (Valle del Cauca), en un recto hogar sin mayores riquezas en bienes materiales. Estudió en Cali, Popayán y Bogotá. Aspiraba a tener un grado en Medicina en una universidad de Inglaterra, pero la carencia de dinero no se lo hizo posible. Murió en Ibagué el 17 de abril de 1895. Escritor de género romántico, novelista, poeta y político, se movió en varios momentos del país. Hay quien afirma que pisó nuestras tierras porque participó en la batalla de Manizales el 28 de agosto de 1860.
Vivió un romance entre goces y dolores, cercanías y lejanías, salud y enfermedad, que despertó en él su vena de enamorado y su vertiente poética junto a la cualidad de escritor de altura literaria y expresiva. Su romance lo vertió a la escritura y dio a la literatura la obra que para muchos es la máxima expresión del romance en nuestra cultura colombiana. Sus personajes, Efraín y María, enmarcan su única y bien alabada novela que tituló “María”, expresión novelada de su romance protagonizado por él y su amada mujer.
La lectura de María nos acerca a un trato romántico y dramático que exprime belleza expresiva y literaria, que dentro de la vivencia humana parece una melodía que canta al amor y enamora. Qué pensaría Jorge ante las expresiones amorosas de hoy que en escritos, novelones, y series de comunicación junto a música que acompaña, sólo hablan de hacer el amor, de sábanas y baños, de brusquedad en el acto y las palabras; quitando la belleza del romance leal y cierto, fresco y limpio, sin asomos de engaños, sino nadando en el perfumado mar de la verdad, la fidelidad y la pertenencia desde el comienzo hasta el final.