Colombia presenta una deuda histórica con el campo, siendo necesario establecer mecanismos para la implementación del desarrollo rural basado en las comunidades a través del fortalecimiento de las vías terciarias, salud y educación de calidad, fomento del tejido empresarial, acceso a servicios públicos eficientes, entre otros.
El agua en la zona rural es el motor del bienestar social y desarrollo económico, sobrepasando la función netamente ambiental, debido a que es un factor transversal en todas las actividades humanas, sin embargo, en la actualidad, buena parte del campo presenta dificultades en el acceso al líquido vital.
Los acueductos rurales son el principal mecanismo para el suministro de agua en las poblaciones campesinas, incrementando el acceso mediante obras que conducen las cuencas abastecedoras a las viviendas; en el departamento de Caldas, esta apuesta se viene consolidando, logrando reducir las brechas entre la ruralidad y la ciudad, además de articular las bases del desarrollo del campo.
En el municipio de Supía estamos implementando un modelo de acueductos rurales que garanticen el agua a todos los campesinos, articulando una serie de factores que entregan su sostenibilidad en el tiempo, además de empoderar a los actores del territorio en este propósito, siendo una estrategia que ha generado importantes resultados en el fortalecimiento de la ruralidad.
En los municipios se destina una partida presupuestal para el componente de Agua Potable y Saneamiento Básico - APSB a través del Sistema General de Participaciones – SGP; una parte de estos se utilizan para el pago de subsidios por concepto de acueducto, alcantarillado y aseo para los estratos 1,2 y 3 con base en la Ley 142 de 1994, y el restante -que para el caso del municipio de Supía es aproximadamente del 60%-, se pueden utilizar para fortalecer la infraestructura, siempre en observancia de los lineamientos de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico.
De esta manera, se deben construir mecanismos para estructurar y fortalecer una política pública que le apuesta al agua como un bien público, máximo símbolo de la conservación ambiental y protagonista del desarrollo sostenible de las comunidades, para ello, se deben estructurar estrategias encaminadas a:
1. Alianzas Público-Privadas: los acueductos rurales son de interés de instituciones gubernamentales, empresas privadas, entidades académicas y comunidades organizadas; buscando articularse en alcanzar una mayor cobertura con calidad, estableciendo objetivos comunes, estructurándose una visión de desarrollo compartida.
En Supía, se ha establecido una alianza entre las Juntas de Acción Comunal, el Comité de Cafeteros, la empresa Collective Mining, Empocaldas, la Gobernación de Caldas y la Alcaldía; logrando el fortalecimiento de los acueductos rurales, además que prontamente se tendrá la primera vereda con acceso a agua potable en el municipio, gracias a este enfoque.
2. Juntas de acueductos: la operación del suministro del agua rural debe estar encabezada por las comunidades, para ello, se requiere empoderarse de los aspectos administrativos, estableciendo reglas claras y buscar que los beneficiarios sean conscientes de la necesidad del correcto funcionamiento.
3. Educación ambiental: la pedagogía acerca del cuidado y conservación de las cuencas y fuentes abastecedoras de agua debe ser una premisa en la operación de los acueductos rurales, evitando malas prácticas que atenten contra la naturaleza y el buen funcionamiento del suministro de agua.
4. Compra de predios: el gobierno se encuentra llamado a adquirir predios de interés ambiental para que, en articulación con las juntas de acueductos, determinar acciones que brinden el suministro de calidad del agua, además de garantizar el acceso en el tiempo.
5. Ordenamiento territorial: el Estado deberá garantizar la ejecución adecuada de este instrumento de planificación, siendo este la base para llevar a cabo acciones que, en el mediano y largo plazo, permitan a las comunidades avanzar en el cuidado y uso adecuado de las fuentes abastecedoras de agua, siendo necesario definir las áreas de conservación y protección.
Los campesinos caldenses requieren con llamado de urgencia la puesta en marcha de una estrategia sólida, seria y realizable para alcanzar bienestar y progreso, pero este requiere de una apuesta decidida alrededor del agua, siendo los acueductos veredales un factor para generar el anhelado desarrollo rural.