La situación de incertidumbre del país, debido a la polarización y a lo que han llamado los politólogos una correlación de fuerzas sociopolíticas, está poniendo a pensar sobre el futuro posible para nuestra Nación. Ejercicios académicos han planteado cuatro posibles escenarios: el Acuerdo, Alta Tensión, el Régimen y el Incendio.
El primero, Acuerdo, lo describen así: “Los esfuerzos por acercar al Gobierno y la oposición dan frutos, gracias a algunos miembros cercanos al presidente ven que el costo de la tensión para el país es muy grande y logran que él le juegue de veras al diálogo para generar consensos. Paralelamente se hace igual trabajo con sectores importantes de la oposición. Empresarios y de la Iglesia ayudan en este proceso. Y se materializa un gran acuerdo nacional. No hay convocatoria a una Asamblea Constituyente, pero se hacen varias reformas a la Constitución. El Gobierno termina su período y el candidato oficial tiene posibilidades de ganar en un voto muy competido. La Paz Total no se logra, pero hay avances parciales. El crecimiento económico va mejorando año a año, gracias a la confianza inversionista y a la sustitución de importaciones. La rentabilidad de algunas entidades financieras y de servicios públicos se reduce. En las empresas privadas hay una presencia mayor sindical y de participación de los trabajadores en las utilidades y se reduce la informalidad”.
El segundo escenario, Alta Tensión, tiene esta narrativa: “El Gobierno y la oposición entran en un proceso de dolorosa polarización, pero dentro de la institucionalidad, dando como resultado un movimiento social beligerante y consolidado con los proyectos sociales del Gobierno. Hay demandas cruzadas ante los tribunales. Algunas reformas son finalmente aprobadas, otras se hacen por vía administrativa. Hay remedos de poder constituyente en las calles. El Gobierno termina su período enlodado en medio de escándalos. Se logra un crecimiento económico bajo, la inversión se reduce y se fortalecen los negocios privados que dependen del Estado. Las tasas de rentabilidad de los negocios asociados a los servicios públicos caen. Algunos empresarios comenzarán a mostrar sensibilidad social para atraer la benevolencia del Gobierno. Mientras que habrá hostigamiento desde órganos de control a los empresarios críticos del Gobierno.  Habrá mucha tensión obrero patronal en ciertos sectores. En una campaña convulsionada, agudizada por el fracaso de la Paz Total, termina por imponerse un Gobierno de extrema derecha”.
El tercero, el Régimen, lo esbozan así: “El Gobierno se polariza, coloca toda la fuerza del Estado para hacer las brigadas del régimen y terminan apropiándose del Estado poco a poco. El Gobierno, sin tener la mayoría, pero consolidando una masa crítica afecta y combativa, decide cerrar o renovar el Congreso, abrir investigaciones a los magistrados poco cercanos y consolidar cortes afines al régimen. Los militares apoyan al Gobierno gracias a la profundización de una purga a su interior. La oposición es perseguida y los derechos humanos de los contradictores se ven afectados. La Constituyente es una reunión de fuerzas populares fieles al Gobierno. Y cambian la Constitución. La situación económica se complica fuertemente, hay inflación, desempleo y cae la inversión. Llegamos a decrecer. Solo los empresarios cercanos al régimen tendrán aseguradas sus rentabilidades e inversiones. Habrá expropiaciones y otro tipo de toma por parte de sindicatos a empresas. Se dispara la tasa de cambio libre, y hay control oficial al manejo de divisas y múltiples tasas. Apoyo abierto de Rusia (ayuda con armamento), Venezuela, Cuba (ayuda con personal para control social) e Irán y China aprueba para mantener negocios”.
Finalmente, el cuarto, el Incendio: “La presión sobre el Gobierno con marchas, los escándalos que deslegitiman, las decisiones judiciales sobre la familia y el proceso electoral que llevó al Gobierno al poder son señalados de corruptos y de violatorios de las reglas. El Congreso inicia un proceso al presidente, quien busca cerrar el Congreso. Todos los grupos llaman a sus fuerzas a manifestarse, hay violencia grave en las ciudades, algunas son totalmente bloqueadas. Los militares imponen un orden, con ayuda de paramilitares y las violaciones a los derechos humanos se disparan. Habrá grupos subversivos apoyando al Gobierno con ayuda Internacional de Venezuela, Cuba y Rusia. El Gobierno no termina su período y hay uno de transición que tiene el apoyo de Estados Unidos y una mirada recelosa de la Unión Europea. La situación económica se complica por inflación, desempleo y falta de inversión. Hay afectación por violencia en unidades productivas. La rentabilidad se ve afectada y se tratan de hacer algunas reformas legitimadoras del Gobierno de transición”.
Como ven, los escenarios se van poniendo críticos llegando a los dos últimos lamentables. Ello plantea una urgencia muy grande en el país de trabajar colaborativamente entre todos para construir condiciones de bien común. ¿Cómo trabajar para que el primer escenario sea una realidad en el país? La tarea para el grupo de Gobierno debe buscar bajarle el tono radical y de víctima al presidente y aceptar que un escenario de Acuerdo puede generar muchísimo más impacto positivo que los otros posibles. Es más, politólogos señalan que este escenario le da mayor probabilidad a la coalición de Gobierno de mantenerse en el poder. Por parte de la oposición, es vital que calmen las barras bravas y acepten que las cosas no pueden seguir como vienen, la ciudadanía y los analistas han visto la necesidad de muchas transformaciones. Y lo más importante, la ciudadanía debe propender y exigir el acuerdo. No puede pasar de agache. La concertación, la búsqueda de acuerdos es urgente y la máxima responsabilidad de todos.