Por la violencia ejercida contra mi padre, dirigente conservador, debimos abandonar Supía, de mayorías liberales, para vivir en Riosucio. Otros, al contrario, abandonaron su ciudad de origen para vivir en un pueblo con mayorías liberales; pero, en realidad soy hijo del Frente Nacional. Tiempo después, en mi condición de magistrado del Tribunal Superior asistí a una especie de asamblea del poder judicial en la que se discutirían las propuestas en materia de Justicia que se presentarían a la Constituyente próxima a reunirse para aprobar una nueva Constitución. Mi amigo, Dr. Rodrigo Marín Bernal, me invitó para que saludara al Dr. Álvaro Gómez H. y me presentó como el “mejor jurista que el partido tiene en Caldas” (¿) y, por largos minutos hablamos de la administración de justicia.
Unos meses después, disfrutando en Cartagena de las vacaciones de fin de año, escuché, en el noticiero la lectura de la lista de los miembros de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, nueva institución creada por la Constituyente, en la que, para mi sorpresa, se incluía mi nombre. Como se sabe, el Dr. Álvaro Gómez fue presidente de la Constituyente y, el presidente de la República, Dr. César Gaviria, le pidió tres nombres para los nombramientos que él debía hacer al poner en marcha la nueva Constitución que, él encabezó con Gabriel Melo Guevara y cerró con mi nombre. Por fuera del asunto de la paridad en los empleos, la justicia no tiene partido, el juez se apoya en la Constitución y la ley y se aleja de doctrinas políticas. Jubilado y alejado de la administración de justicia, me es permitido opinar
El partido Conservador fue instituido el 4 de octubre de 1849, inicialmente en defensa de la religión. En su esencia es un partido de centro derecha y en sus postulados resalta el respeto a la dignidad y a los derechos humanos consagrados en la Constitución y la ley. Mayoritario durante mucho tiempo con victorias y derrotas frente al partido liberal, de centro izquierda, por divisiones internas y la llegada de otros partidos vio disminuida su presencia, y su llegada al poder o su participación en el manejo del país debió compartirla con otros partidos. El partido liberal también se dividió, pero los gobiernos fueron de centro izquierda o derecha hasta el triunfo de Gustavo Petro, aun cuando esas definiciones a veces se muestran tendenciosas.
En efecto, los partidos Conservador y el Centro Democrático son de Centro y Centro Derecha, pero al segundo le endilgan ser de extrema derecha; mientras el partido Liberal es de centro y el Petrismo de centro izquierda, cuando este se sale del marco democrático puesto que no le importa violar la Ley y la Constitución. No es un cuento, cada vez que actúa conforme a su programa, lo hace saltándose las normas. Hay un ejemplo puntual y manifiesto; en su discurso ante sus seguidores al publicarse su triunfo en la elección de presidente manifestó que una de sus primeras acciones sería la liberación de los líderes de la Primera línea capturados por actos vandálicos. A su tiempo, el Sr. Fiscal le señaló que no era competencia del ejecutivo. Fiel a su promesa el presidente de todos los colombianos sigue buscando fórmulas para burlar la Ley y la Constitución. Lo intentaron incluyendo el indulto en un proyecto de ley, pero fue detectado y eliminado y aun cuando el líder de la Primera línea de Bogotá ya fue condenado, el jefe de gobierno sigue buscando fórmulas para violar la Ley y la Constitución que juró acatar.
La votación para el Congreso le dio también a Gustavo Petro una pequeña mayoría, insuficiente para sacar adelante sus propuestas, pero, con ofrecimientos y puestos logró ajustar mayorías. Agregó pues a los suyos, los votos de los partidos Liberal (que en gran medida ya le acompañó en la votación presidencial), la U, los Verdes y el partido Conservador. Yo puedo entender la agregación de algunos de esos grupos, pero díganme cómo puede explicarse que un partido de derecha asuma el programa de la extrema izquierda. ¿Cómo el partido de Alzate, Ospina, Laureano, Álvaro, Belisario y Pastrana, pudo caer tan bajo? Ya sabemos aquello del plato de lentejas. Al tiempo de cerrar el artículo los anteriores dirigentes del partido que se hicieron a un lado o perdieron el mando después de las últimas elecciones se movilizan para retomar la dirección. Es preciso que lo logren, los necesitamos para dar la batalla de las ideas, ésta, es ahora o nunca.