Según el diccionario escribir es: representar palabras, ideas o sonidos por signos convencionales. Otra cosa es redactar: Escribir libros, alegatos, sentencias, discursos o artículos, pero también memorias, cartas o poemas; algunos en especial los primeros se escriben para el público, otras con un destino especial y otras más que se guardan. Puesto que un artículo se hace para ser publicado y por tanto tiene que estar bien escrito; para ello se debe pensar bien y que después te lean, debes pues tener en cuenta que un artículo lleva ingredientes; si el tema no es actual, o interesante, ameno y bien redactado difícilmente mantendrás tus lectores.
En ese sentido, estoy fregado, palabra que busca reemplazar otra que parece más fuerte: jodido, y lo estoy, porque debo repetirme. En artículo anterior hice confesión, expresa, voluntaria, no pedida de ser un hombre de derechas, en nuestro país, un conservador (partido que, curiosamente, bueno no tanto, se unió a Gustavo Petro gobernante de extrema izquierda); agréguenle además que soy católico practicante que asisto a misa los domingos, ahora, desde la pandemia por televisión, la  precedida por el Arzobispo Primado de Colombia monseñor Luis José Rueda A., soberbio en sus sermones, desde la preciosa Capilla del Sagrario; no entiendo el por qué en la última homilía no se refirió a los daños causados a la Catedral; tal vez por aquello de que hay que poner la cara, espero que, como decía otrora un jefe político, si pongo la otra mejilla y me dan, no me queda otra por poner. No digo responder, pero al menos no callar. Actos como este o la toma de tierras ajenas o los bloqueos admitidos nos indican como serán los procedimientos. La acción anticipándose a la norma.
La regla que prima en el señalamiento de impuestos es clara y correcta, el que gana más pone más, pero si al que produce se le exige en demasía, cierra el negocio o se lo lleva para otra parte. En el mundo de los animales la tortuga decidió producir maíz, compró la semilla, hizo surcos en la tierra, sembró, remojó, combatió las plagas y cuando las mazorcas evidenciaron el buen resultado, aparecieron los demás con la consigna de la injusticia manifiesta que todos los frutos fueran para una sola persona, exigieron que el producido les debía corresponder a todos y repartieron por partes iguales. Ahora todos los animales se preguntan por qué la tortuga no volvió a sembrar. Es más cómodo hacer el bien con dineros ajenos, miren como el presidente Petro puso fin al escándalo por el excesivo gasto en la dotación de la casa presidencial, dijo que las compras tenían como propósito “que las personas del servicio tuvieran las mismas comodidades”, fácil hacerlo con el dinero de otros. Admirable la actitud de los ganaderos que, bajo la dirección de José Félix Lafaurie ofrecieron vender terrenos de su propiedad para facilitar los ofrecimientos del gobierno de darles tierra a los desposeídos, evitando con ello una ocupación violenta.       
 Debo ser repetitivo, no tengo remedio. Como escribí en artículos anteriores estoy con muchos de mis amigos en el campo de tiro y mientras me llega el turno estoy condenado a ver caer a muchos de ellos. Ayer no más acompañamos las exequias de José Ilforfo Gómez Aristizábal. Don Ildorfo como le tratábamos, nunca tan bien puesto el don, corresponde a esa clase de hombres hechos así mismos que engrandecen su familia y su entorno.