Te amo y me amas, Dios mío. La paz que ansío la encuentro en mi mundo interior cuando actúo sin envidia y sofoco el egoísmo.
Elijo ser magnánimo y no imito a los seres mezquinos que viven criticando y poniendo zancadillas.
Amado Dios, reconozco lo bueno que hay en mi y en los demás, me nutro de lo auténtico y doy sin esperar recibir.
No abrigo ningún tipo de bajeza y soy tan generoso como el árbol que regala su sombra y sus frutos.
Unido a ti, Señor, no soy un ser dormido, sino un ser despierto, en sintonía contigo, Dios, y enamorado del universo.
Vivo para amar, amo para vivir y cada día quiero ser más rico en amor y más pobre en apegos.
Sé que en los museos los visitantes hacen fila para apreciar las obras de los grandes maestros.
Pero tú me ayudas y veo claro que la obra más hermosa la pinto yo mismo y es una vida bien vivida.
@gonzalogallog