Del verbo latino ‘propinare’ (‘beber antes que otro, beber a la salud de alguno; brindar; ofrecer, entregar, proporcionar’), el castellano ‘propinar’ tiene las siguientes acepciones: “Administrar una medicina. // 2. Dar un golpe”. Por ejemplo, ‘propinar una bofetada’. Una de mis fuentes leyó en El Tiempo digital este texto: “Al parecer, un par de ladrones que se disponían a propinar un robo…” (7/1/2023). Los ‘robos’ no se ‘propinan’: ‘se ejecutan, se llevan a cabo, se cometen’. Y si acudimos al diccionario de sinónimos encontraremos más términos que expresan la idea correctamente, como ‘perpetrar’, y aun ‘consumar’, según el contexto. Todos los que escribimos, por oficio o por gusto, debemos tener siempre a la mano los diccionarios. Y consultarlos. En la fotografía de la misma información se lee: “Ladrón fue asesinado por la persona a la que iba a robar”. Esto no es ‘asesinato’, porque para que lo sea tiene que ser cometido con ‘premeditación y alevosía’, es decir, ‘bien preparado y calculado, cautelosamente y a mansalva’, condiciones que no se dan en el hecho referido. 
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Por no consultar el diccionario, supongo, el columnista Francisco Javier González utilizó equivocadamente el verbo ‘transgredir’ en la siguiente oración: “En esta sociedad preponderantemente machista y patriarcal, la mujer suele ser transgredida en su naturaleza…”  (LA PATRIA, 9/1/2023). ‘Transgredir’, según El Diccionario, es “quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto”. El verbo apropiado para expresar la idea del redactor es ‘agredir’, que, de acuerdo con la misma fuente, es “cometer agresión” (“acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo, o hacerle daño”). Sinónimos suyos, ‘golpear, herir, embestir, arremeter, atacar, asaltar, abalanzarse contra’… Mucho de donde escoger para expresarse adecuadamente. Dice también: “…un modelo a seguir…”. Error frecuentísimo. Castizamente, “…un modelo por seguir” o “que hay que seguir”, o…
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El complemento de la preposición ‘hasta’ expresa siempre el ‘término’ de algo, que puede ser un lugar (‘llegaron hasta el nacimiento del río Atrato’), una fecha –tiempo– (‘las lluvias seguirán hasta finales de marzo’), una conducta (‘hasta ahí llegó su desvergüenza’), una lectura (‘leyó hasta la página 56’), etc. Sirve también de adverbio con el mismo sentido de ‘aun’, por ejemplo, ‘hasta un niño sabe algo tan elemental’. Y muchas veces sobra, como en este anuncio que me envió la señora Elsie Duque de Ramírez: “El diablo de Riosucio volverá con sus fiestas hasta dentro de dos años” (LA PATRIA digital, 12/1/2023). Es evidente que en él la preposición está de más, porque la oración es afirmativa. Si su redactor la hubiese construido en forma negativa, otro gallo le habría cantado: “El diablo de Riosucio no volverá hasta…”, porque en este caso se trata del ‘término’ de una negación. Es la belleza de la gramática. Nota: La Academia de la Lengua, en su magnanimidad, acepta, como regionalismo de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua, la siguiente construcción gramaticalmente incorrecta: “Llegaré hasta las dos”, con el significado de ‘no antes de las dos’. Solecismo consagrado, que debe ser proscrito del lenguaje culto. 
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 La columnista dominical de LA PATRIA Adriana Villegas Botero escribió lo siguiente: “Me gustan las historias que cuenta mi papá de su infancia en Salamina, como la vez que llevó un conejo a la casa y se comió todas las matas de su tía…” (15/1/2023). Tal vez sus lectores interpretaron lo que ella pretendió expresar, pero la redacción dice otra cosa, porque la conjunción copulativa ‘y’ hace que el mismo sujeto gramatical –‘mi papá’– sea el agente de la acción de los dos verbos ‘llevó’ y ‘se comió’. La construcción gramaticalmente correcta de dicha cláusula debe llevar, además de la principal, una oración subordinada, con el pronombre relativo ‘que’ (‘el cual’, ‘el que’) como sujeto, de esta manera: “…como la vez que llevó a la casa un conejo, que se comió todas las matas de su tía Emilia Villegas”. Así, porque están las dos oraciones necesarias, cada una con sus respectivos sujeto, verbo y complementos. Elemental.