El empresario caldense y miembro del grupo de los Azucenos Eduardo Arango Restrepo falleció hoy en su casa en Manizales.
Matilde Arango, su hija menor, indicó que murió de un infarto mientras veía televisión.
Este viernes iba a cumplir 92 años. Su nombre está grabado en la historia industrial y financiera de Manizales y el departamento. Con sus compañeros del grupo Los Azucenos, descrito por José Jaramillo Mejía como "un puñado de adolescentes soñadores, sin formación académica y sin plata, lograron cambiar la mentalidad pastoril de los capitalistas, y de la comunidad en general, sembrando la idea de la sociedad anónima, para desarrollar proyectos industriales que generaran empleo, sustituyeran importaciones y complementaran la productividad de la agricultura, invirtiendo parte de sus ingresos en negocios distintos, que le dieran solidez a la economía". Arango Restrepo nació en Cali, pero se crío entre Manizales y Bogotá. Al retirarse del colegio en cuarto de bachillerato, viajó a estudiar inglés a Estados Unidos, y a su regreso comenzó lo que fue el inicio de su vida como industrial junto a sus amigos.
Heredero de la inteligencia y el humor de su papá, Rafael Arango Villegas, tuvo como plataforma de despegue el ejemplo de sus padres, una formación basada en los "preceptos conservadores y cristianos", una agudeza mental para los negocios, la avidez por aprender y el gen migratorio de los antioqueños.
Este gusto por la aventura, la historia y la geografía lo llevó por los confines del mundo. "Solo me faltó conocer China", afirmó en una entrevista a LA PATRIA en marzo del 2013.
Él representó a la Flota Mercante Grancolombiana en Europa, donde además ocupó cargos diplomáticos ad honorem para el gobierno colombiano.
¿Se puede pensar en crear industria hoy? No, responde don Eduardo con convicción. Todo se hace en China, enfatiza. Admira en el campo del emprendimiento, y lo sugiere como modelo a seguir, a los habitantes de La Enea. ¿Han visto el desarrollo a lo largo de la Avenida Cumanday? por allá deberían llevar de visita al presidente Santos, para mostrarle el empuje de nuestra gente.
Cultura
Lector consumado, melómano, políglota y poseedor de un gran sentido humanista. Su inteligencia, pragmatismo, disciplina y curiosidad le permitieron crecer para crear industrias, y ocupar diversos cargos públicos y privados, desde donde apalancó el desarrollo de la ciudad. Agradable conversador de muchos temas. Igual que habla de economía, lo hace de política y hasta de tecnología, aunque asegura que no tiene teléfono celular. "Es el único vicio que no cogí", dice y suelta una carcajada.
Su tierra, sus costumbres y tradiciones no las cambia por nada. Después de probar la gastronomía del mundo su paladar se queda con los sabores y los olores de la cocina paisa.
Él quien lo ha tenido todo, ha sabido de alegrías y tristezas, como todos. Su carácter, ética, fortaleza, energía, civismo, y amor por la familia le han permitido llevar con alegría y acierto el timón de su vida y guiar a sus siete hijos, a quienes tuvo que acabar de educar solo después del fallecimiento de su esposa, Teresa Vélez Jaramillo, hace 30 años.
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