Vicky Salazar
LA PATRIA | MANIZALES
Satisfacción es lo que transmite Eduardo Arango Restrepo, quien a sus 89 años mantiene la sonrisa fresca, la mente clara y el alma buena. Un hombre probo que ha sabido vivir su vida y reírse de ella, y hoy con timidez, se atrevió a contarla.
Con las velas desplegadas, es el nombre del libro escrito por José Jaramillo Mejía, quien a través de una amena narración lleva al lector a través de los distintos momentos y facetas de Eduardo Arango. Un recorrido que se inicia con la historia de sus antepasados, en el que las anécdotas y las aventuras migratorias de las familias paisas, le dan sentido a lo que fue su periplo.
José Jaramillo lleva al personaje paso a paso por la historia del país, de la región, lo contextualiza para mostrar lo extraordinario que hizo en su vida, y le da sentido a la grandeza del personaje, que para su época, fue un adelantado: "audaz, viajero y emprendedor".
Advertencia
En el exordio del libro, don Eduardo dice: "Fui acosado por los hijos para que hiciera este relato de mis andanzas por el mundo. Me opuse rotundamente, por temor a ser tildado de narcisista si accedía a su petición. Finalmente cedí y comencé el relato por el título Confieso que he vivido, pero recordé que se me había adelantado Pablo Neruda. Se me ocurrió después llamarlo Memorias de un amnésico, pero pronto me di cuenta de que así se llamaron las remembranzas del doctor Francisco José Ocampo. Finalmente opté por Memorias de ultratumba, pero también vino a mi memoria haber leído los relatos con ese nombre escritos por Chateubriand.
Desistí entonces del empeño, y acepté la idea de mis hijos de encargarle la tarea a las expertas manos de José Jaramillo Mejía, con la condición expresa de que no serían publicadas esas memoras mientras yo estuviera vivo. Pero como ahora tengo síntomas de no estarlo, finalmente me entregué, y helo aquí".
Esta presentación retrata al personaje, que aunque no parezca, tiene pudor por hacer pública su vida privada, aunque hace años la suya, ha sido un ícono para el desarrollo de la región.
Don Eduardo Arango nació en Cali, pero se crío entre Manizales y Bogotá. Al retirarse del colegio en cuarto de bachillerato, viajó a estudiar inglés a Estados Unidos, y a su regreso comenzó lo que fue el inicio de su vida como industrial junto a sus amigos.
Heredero de la inteligencia y el humor de su papá, Rafael Arango Villegas, tuvo como plataforma de despegue el ejemplo de sus padres, una formación basada en los "preceptos conservadores y cristianos", una agudeza mental para los negocios, la avidez por aprender y el gen migratorio de los antioqueños.
Este gusto por la aventura, la historia y la geografía lo llevó por los confines del mundo. "Solo me faltó conocer China", afirmó. Él representó a la Flota Mercante Grancolombiana en Europa, donde además ocupó cargos diplomáticos ad honorem para el gobierno colombiano.
¿Se puede pensar en crear industria hoy? No, responde don Eduardo con convicción. Todo se hace en China, enfatiza. Admira en el campo del emprendimiento, y lo sugiere como modelo a seguir, a los habitantes de La Enea. ¿Han visto el desarrollo a lo largo de la Avenida Cumanday? por allá deberían llevar de visita al presidente Santos, para mostrarle el empuje de nuestra gente.
Cultura
Lector consumado, melómano, políglota y poseedor de un gran sentido humanista. Su inteligencia, pragmatismo, disciplina y curiosidad le permitieron crecer para crear industrias, y ocupar diversos cargos públicos y privados, desde donde apalancó el desarrollo de la ciudad. Agradable conversador de muchos temas. Igual que habla de economía, lo hace de política y hasta de tecnología, aunque asegura que no tiene teléfono celular. "Es el único vicio que no cogí", dice y suelta una carcajada.
Su tierra, sus costumbres y tradiciones no las cambia por nada. Después de probar la gastronomía del mundo su paladar se queda con los sabores y los olores de la cocina paisa.
Él quien lo ha tenido todo, ha sabido de alegrías y tristezas, como todos. Su carácter, ética, fortaleza, energía, civismo, y amor por la familia le han permitido llevar con alegría y acierto el timón de su vida y guiar a sus siete hijos, a quienes tuvo que acabar de educar solo después del fallecimiento de su esposa, Teresa Vélez Jaramillo, hace 30 años.
Edición
Del libro Con las velas desplegadas, Eduardo Arango Restrepo. Audaz, viajero y emprendedor. Boceto biográfico, editado por Álvaro Marín Ocampo, se imprimieron 300 ejemplares, que don Eduardo quiere regalar modestamente a sus amigos, con el temor de ser tildado narcisista, por eso no hará una presentación de esta compilación de José Jaramillo, a quien agradece haber organizado sus palabras y su vida.
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