Fernando-Alonso Ramírez
LA PATRIA|Manizales
Caras alegres en su mayoría se veían en los vendedores de libros al cierre ayer de la VII Feria de la Universidad de Caldas.
José Leonel Orozco, de Leo Libros, era el más satisfecho, consideró el balance excelente. “fue clave el hecho de haber separado la Feria del Libro del Festival de Teatro, porque la mayoría de las personas que asisten a este evento también acuden a teatro, y eso nos afectaba”, concluyó.
Para él, la terminada ayer fue una de las mejores ferias por la asistencia de público y las ventas. Manifestó que no hubo un título que se vendiera más que otros. “Me faltó haber tenido cantidad de libros de los invitados, pero de todos los escritores que vinieron y teníamos libros se vendieron”.
No tan satisfechas quedaron María Cristina Vega, de Ediciones Desde abajo, y Eliana Ramírez, de Graphan Comics Shop. Ambas manifestaron que tal vez faltó promoción o vinculación de la institucionalidad. Ramírez anotó: “Es la primera vez que estamos en la Feria, somos el único que tuvo comics y hubo muy poca gente”.
Un sabor agridulce expresó también Yaneth Álvarez, de Café Libro Rabo de Nube, de Cauca, quien reconoció que vendieron libros, pero esperaban más. Este espacio es parte de un proyecto pedagógico que trabaja desde hace 20 años con indígenas, niños desplazados con personas afrodescendientes.
“A la gente le ha gustado mucho los libros que hemos traídos, especializados sobre todo en primera infancia y libros arte para que los niños tengan una relación distinta con el libro, pero faltó asistencia de maestros y personas relacionadas con el sector educativo”, anotó.
Otra librera que se mostró satisfecha con la VII Feria del Libro fue Ana Muñoz, de Ágora en el barrio Palermo. “El resultado es muy bueno, fue importante que vinieron muchos jóvenes y niños a comprar y a familiarizarse con la lectura. La Feria ha sido un éxito rotundo. Hemos vendido literatura juvenil, histórica y la actualidad, del postconflicto, los temas políticos se están vendiendo mucho”, contó.
Enrique Estepa, de ediciones Monserrat, especializada en libros de diseño y arte concluyó que la Feria estuvo muy buena, por la participación de la ciudadanía. “Esperamos que la sigan haciendo porque lo necesita Manizales”.
“Un balance muy bueno”, concluyó Ricardo Andrés, de la Librería Diana, quien agregó que el autor de la Feria fue Rafael Chaparro con su libro Opio en las nubes. Así se cerró la Feria hasta la próxima cita, en el 2017.
Sigue el trueque
El espacio del trueque de libros, que estuvo en la Feria en la sede Palogrande de la Universidad de Caldas, funcionó excelente, cuenta Cristian Andrés Hernández, que estuvo a cargo de este espacio.
“Se han intercambiado unos 250 o 300 libros a pesar de que el trueque apenas empezó el jueves”, dijo al mediodía de ayer Hernández.
La buena noticia es que el trueque va a empezar a funcionar quincenalmente desde el jueves 15 de septiembre en la Librería de la Universidad de Caldas. Tenga en cuenta que para llevar sus libros al trueque debe tratarse de textos originales, no piratas, que estén en buen estado y que traten de literatura, poesía, filosofía o arte. El horario será de 8:00 a.m. a 12:00 m y de 2:00 a 7:00 p.m. los jueves cada 15 días.
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