Elías Mejía, presidente del 92.º Congreso, se refirió a la creación de instancias paralelas, promovidas por el Gobierno, frente al ministro de Hacienda.

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Elías Mejía, presidente del 92.º Congreso, se refirió a la creación de instancias paralelas, promovidas por el Gobierno, frente al ministro de Hacienda.

LA PATRIA | BOGOTÁ

Entre el malestar y la promesa de un tinto. Así se podría definir lo que sucedió ayer, durante el primer día del 92.º Congreso Cafetero, realizado en Bogotá y que se extenderá hasta mañana.

El malestar cafetero se evidenció desde el primer momento con la lectura de la declaración gremial, considerada la más fuerte de los últimos años, encabezada esta vez por el presidente del 92.º encuentro, Elías Alberto Mejía. La leyó ante el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.

Allí destacó el compromiso del gremio y de los comités de cafeteros, que prestan sin dilación la asesoría para enfrentar cualquier problema en los cafetales e incluso de relacionamiento social.

Por esta razón, dijo que "cada palabra fuerte, cada invectiva contra nuestra casi centenaria organización gremial y cada duda infundada es como un golpe directo al pecho y una injusticia frente a nuestro entendimiento derivado de la experiencia cafetera".

También le recordó que el gerente del gremio, Germán Bahamón fue elegido por unanimidad, en medio del respeto mostrado hacia la Federación, de su conocimiento de la caficultura y su deseo de conducir al gremio hacia una meta de austeridad y a la caficultura nacional por un sendero de modernización.

Las bases cafeteras

En el largo discurso, de 7 páginas, Mejía le dijo al ministro que "estas son las bases cafeteras con las que hace 96 años interrumpidamente se ha construido la más exitosa concertación de una política pública entre Gobierno y organización alguna, como es la política cafetera colombiana".

Por eso, dijo, aunque es el escenario legal e idóneo, y el Gobierno hace parte de este, "vemos que su Ministerio ha venido promoviendo instancias paralelas donde, inclusive, se habla de reestructurar nuestra entidad, competencia que solo nos asiste a los aquí presentes, o de generar una comisión de la verdad, esquema que únicamente se crea para estructuras o eventos al margen de la ley".

A la ministra de Agricultura, quien no había llegado aún, le dijo que este recinto ha construido con el Gobierno los vehículos para hacer posible la renovación de cafetales, el Fondo de Estabilización y la construcción de los costos de producción para hacerlo operativo. "Esta institución trabaja por y para todos los caficultores del país. Sin embargo, en ninguna de sus declaraciones usted señora ministra reconoce la existencia, la historia, la importancia y el rol de la FNC".

El tinto

Según Mejía la gota que rebosó la copa se dio en el último encuentro promovido por el Gobierno, el pasado martes, en el Huila, bajo el título "asamblea cafetera", sin tener en cuenta al gremio.

"Por eso insistimos en que esto no se puede permitir, pues están creando una mesas paralelas, aunque nosotros fuimos creados y elegidos de forma democrática".

Sostuvo que una mesa de la verdad "da a entender que somos delincuentes y si ella habla con datos precisos, como de la renovación, es porque aquí le dimos información clara y real", dijo.

La parte positiva se generó luego de que entró la ministra y le pasaron el texto del reclamo cafetero. En su defensa, dijo que no se trata de instancias paralelas y que la meta es conocer todo lo que hay al respecto de la caficultura del país, por lo que les propuso crear unas mesas de trabajo alrededor de un tinto de café de Colombia, hecho que los cafeteros aplaudieron. Así se zanjaron las diferencias, por lo menos en parte, aunque los dirigentes insistieron en que siempre terminan bien con el Gobierno y se les da a entender que todo está claro, pero después los atacan en otros escenarios, por lo que los invitaron siempre a escuchar, hacer y transformar, lema de este congreso.

Cuando estornude

Durante su intervención, el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla reiteró la opción de nutrir los recursos del Fondo de Estabilización de Precios del Café (FEPC) con más plata de la contribución cafetera o de los mismos productores. Esto teniendo en cuenta que el Fondo hoy solo cuenta con $330 mil millones, plata insuficiente para atender a los cultivadores, especialmente cuando los precios empiezan a caer por debajo de los costos de producción, cuyo estimado promedio hoy se estima en $1 millón 200 mil por carga de 125 kilos.

Incluso propuso una contribución variable que se suba o se baje según los precios del café, pues insistió en que se desaprovechó el alza de precios que se tuvo por unos dos años, lo que calificó como una minibonanza cafetera.

Hoy de los 6 centavos de dólar por libra que reciben los cafeteros, con los que se nutre el Fondo Nacional del Café, 0,5 centavos de dólar van para el fondo de precios. El ministro quiere que sea más e, incluso, le dijo a LA PATRIA que podrían ser hasta 2 centavos.

Algunos cafeteros hicieron la contrapropuesta de que sea una relación de 1-1, un centavo el gremio y otro centavo el Gobierno, pues el mayor esfuerzo lo están haciendo los cafeteros.

Más áreas

En su intervención, el ministro también reiteró la necesidad de que el país aumente sus áreas de café, que hoy ascienden a las 842 mil 400 hectáreas. La propuesta de Hacienda es que se llegue si quiera a las 1,2 millones de hectáreas. Esto dentro de la propuesta de pasar de 7 millones de hectáreas de área agrícola a 10 millones de hectáreas para el 2030. Este Gobierno aumentaría 1,5 millones de hectáreas; el próximo, otras 1,5 millones de hectáreas, planteó.

En robustas

La ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, dio a entender que parte de esas áreas tendrían variedades de café robusta, de menor calidad, hecho que también generó críticas, más cuando el país tiene 42 líneas de café arábigo para ampliar el parque cafetero. Tampoco se dejó claro el valor de la inversión para ampliar dichas áreas, que incluirían zonas donde hoy se siembra coca, como una forma de sustitución de cultivos. Sí coincidieron en la opción de sembrar más café, siempre y cuando haya mercado. También se podrían sustituir las importaciones de café, que, según los reportes de la Federación de Cafeteros, entre enero y septiembre alcanzaron 1 millón 158 mil sacos, un descenso del 28%, frente al mismo lapso del 2022.

A renovar el 20%

El gerente de la Federacafé, Germán Bahamón, dijo que el primer día fue positivo, y que entre los acuerdos se definió la meta de renovar para el 2024 el 20% del parque cafetero del país, unas 160 mil hectáreas. Lo anterior teniendo en cuenta que este año se iba por las 67 mil 65 hectáreas, cerca del 7,9% del área total en café. Con respecto a la siembra de robustas en Colombia, sostuvo que no se le pueden cerrar las puertas al debate, pero que tampoco se puede recomendar un café de ese tipo, por lo que primero se tiene que estudiar dicha opción, bajo el liderazgo de Cenicafé, para no hacerles ningún daño a las familias caficulturas y a la calidad del café colombiano.