Estimado lector, permítame iniciar esta columna haciéndole una pregunta: ¿Tiende usted a relacionar la palabra vejez con experiencia o con caducidad? Tranquilo, su respuesta puede ser depende. Este contraste que le presento ha existido en la filosofía desde la antigüedad. Aristóteles consideraba el envejecimiento desde una perspectiva negativa al observarla como una etapa de deterioro y ruina, por otro lado, Platón estableció su pensamiento desde una perspectiva positiva al considerar la vejez como una etapa que es figurativa de la experiencia y sabiduría. El escrito que le presento a continuación es un intento por derivar este contraste a la estadística del envejecimiento poblacional. 
Para dar fuerza a la dualidad que intento plantear, invito a los lectores a idearse en el siguiente escenario: Imagine que finalmente ha llegado a la vejez, es hora de cosechar los frutos de una larga vida de trabajo, y es de mi agrado mencionarle que su esperanza de vida es mayor que la de sus padres y que sus hijos probablemente también vivirán más años. Adicionalmente, lo invito a idearse como un adulto mayor felizmente pensionado. Gracias a su pasada vida laboral puede dirigirse cada mes a recibir su mesada pensional.
Sin embargo, en este punto usted ya no hace parte del ciudadano promedio, ya que, a datos de 2020, usted hace parte del 25% de los afortunados colombianos en edad de pensión que efectivamente están pensionados (en Manizales, la cifra es del 39%). Esta cifra pone en consideración los desafíos del actual sistema, pues su principal propósito es la protección a la vejez, el cual está lejos de cumplirse. La baja cobertura, acompañada del alto subsidio estatal a las pensiones más elevadas (de 100 pesos que se gasta para subsidiar las pensiones del sistema público, 74 van dirigidos al 20% más rico de la población (ANIF, 2022)) pone en consideración los grandes retos en materia pensional. El desafío no es fácil en un contexto con menor cantidad de nacimiento, y en un territorio como Manizales, la ciudad con el índice de envejecimiento más alto entre las principales ciudades del país. 
Ahora imagine estimado lector que usted sí hace parte del colombiano promedio que no posee una pensión. Es posible que su objetivo sea pertenecer al mercado laboral, sin embargo, el panorama también es difícil, ya que, a datos de 2021, el 51% de los adultos mayores en Manizales Área Metropolitana (A.M.) habían alcanzado como máximo un título de educación primaria, lo cual puede explicar en parte por qué el 52% de los ocupados era trabajador propio y la principal rama de ocupación era la construcción (30%).
En temas de salud, las cifras son positivas. A datos de 2020, el 97% de los adultos mayores cuentan con afiliación al sistema en Colombia. En nuestra ciudad, el 59% de los adultos mayores de 55 años consideran como prioridad los servicios de cuidado y salud, y del total de adultos mayores en Manizales A.M., el 25% presenta dificultades para mover el cuerpo, caminar o subir y bajar las escaleras, y el 21% presenta dificultades para ver, aun usando lentes o gafas (GEIH, 2022). 
Existe una segunda dualidad en el envejecimiento poblacional que espero dejar como reflexión. Según la edad del jefe de hogar, la menor incidencia de pobreza monetaria y de inseguridad alimentaria se da en el caso de los adultos mayores, sin embargo, son también el grupo que más se autopercibe como pobre para el caso de Manizales. Aquí surgen preguntas sobre factores que van más allá de los datos estadísticos y que abren paso a nuevos retos ¿Por qué las altas cifras de autopercepción? ¿Cuál es la situación económica y social óptima para un adulto mayor? Preguntas que son fundamentales realizar.
Finalmente, quedan pendientes temas como la cultura y salud mental que van ligados al envejecimiento, pero de los cuales no se posee suficiente información. Mi objetivo como futuro economista es poder dejar un sinsabor en el lector. Es motivo de entusiasmo que cada vez vivamos más años y que existan buenos resultados, sin embargo, aún existen desafíos para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, pensando en presente y futuro, ya que, en algún punto, nosotros también haremos parte del dato poblacional de adulto mayor.