Si la iglesia católica se estremeció con la renuncia de Benedicto XVI, hace 50 años se conmocionó ante El Evangelio según San Mateo, película de Pier Paolo Pasolini y dedicada a otro renovador, el papa Juan XXIII.
El filme del director italiano logró convertir hace medio siglo a los espectadores en observadores directos del martirio de Jesús. Sin alteraciones, sin sentimientos falsos, sin truculencias ni imágenes novelescas. Lo mostró de una manera humana, sincera, neorrealista y sencilla.
Apenas se exhibió en Manizales, en el Teatro Los Fundadores, durante la Semana Santa de 1983, cuando en una variada programación se logró una cifra récord de 27.800 espectadores, en una sola semana.
Lo anterior no cobraría importancia actualmente si Pasolini no hubiera sido un hombre firmemente ateo, crítico severo de la iglesia, la política y la sociedad. Él mismo decía: “Han dicho que tengo tres ídolos: Cristo, Marx y Freud. En realidad mi único ídolo es la realidad. Si he elegido ser cineasta al mismo tiempo que escritor se debe al hecho de que en lugar de expresar esta realidad a través de esos símbolos que son las palabras, he preferido el cine como medio de expresión”.
Otra connotación propicia para la ocasión es el hecho de que la película se la dedicó al Papa Juan XXIII, que precisamente será llevado al altar como santo el próximo domingo y de quien se esperaba una profunda renovación del Vaticano, pero su prematura muerte lo impidió.
Según Diego María Arias, director en esa época del Teatro Los Fundadores, la película apenas llegó a la ciudad en la década del 80 debido a que los productores europeos no tenían distribuidores en América. "Primero se presentaban en Estados Unidos, donde las producciones debían ser nacionalizadas, luego llegaban a Sudamérica".
El público manizaleño que se acercó a la sala de cine al ver el filme en cartelera captó la austeridad poética del director italiano que priorizó el mensaje de Jesús a su pasión y muerte.
Con esa película Pasolini logró quedar en la historia del cine por atreverse, hace medio siglo, a ofrecer una versión amable y humanista de la figura de Jesús, en contraste con la opulencia y la inaccesibilidad de los papas de Roma.
El director de cine y poeta italiano murió en la noche del 2 de noviembre de 1975 en Ostia, cerca a Roma, como resultado de una brutal paliza.
El juez encontró culpable al joven prostituto Giuseppe Pelosi quien golpeó al cineasta y después le pasó por encima su propio vehículo tras una discusión derivada de un acoso sexual.
Pelosi, apenas con 17 años, fue sentenciado a nueve años de prisión, aunque ya entonces el fallo judicial apuntaba la posibilidad de que el crimen se hubiera producido en complicidad con otras personas.
Del Evangelio a Saló
De la vida promiscua y controvertida de Pasolini, en contraste con la película El Evangelio Según San Mateo, habría que mencionar Saló o los 120 días de Sodoma (1975), un filme considerado como una apología a la violación, al dolor y a la tortura. Prohibida en muchos países y al leer su publicidad, con la cual era promocionada, solo se decía: “Esta película contiene escenas que puede herir la susceptibilidad del espectador”.
Muchos teatros que las exhibieron fueron objeto de protestas. El público acudía masivamente a verla y, paradójicamente, las salas terminaban casi vacías porque el espectador no la soportaba. Mostraba escenas demasiado grotescas que indignaban al público.
Obviamente no faltaron flamantes críticos internacionales que la defendían solo con el pretexto de que había que saber entender al maestro Pasolini. Pero las escenas indignantes eran como él mismo lo decía: la realidad.
En Manizales, no obstante, por la oposición del arzobispo de turno, la película se presentó en horarios inusuales, viernes y sábado a las 11:00 de la noche. La sala se llenó. Pocos terminaron de verla. Un médico que cumplía su turno en el Hospital Infantil de la Cruz Roja se evadió para asistir a la función del viernes, que agotó boletería desde las 2:00 de la tarde, pero pronto abandonó la sala y a la salida se encontró con el director del teatro a quien recriminó por presentar este tipo de cine.
Diego María Arias recuerda que tuvo dos reuniones. La primera con el sacerdote Uribe, párroco de la iglesia La Inmaculada, ya fallecido, y un séquito de distinguidas damas defensoras de la moral solicitando que no se exhibiera la película en Manizales. El director no se comprometió porque no tenía facultades legales para censurar, lo cual solo era competencia del Alcalde. La segunda reunión fue con un grupo de críticos que solicitaban una exhibición privada con fines de crítica. A esta solicitud Arias accedió y en efecto se realizó en el Teatro Los Fundadores: asistieron Luis José Restrepo Restrepo, director de LA PATRIA y dos columnista del periódico LA PATRIA Rodrigo Ramírez y Mario Escobar Ortiz, entre otros, pero el foro se frustró porque los tres panelistas se retiraron y no terminaron de ver el controvertido estreno.
"Era muy difícil para un director de una sala de cine soportar la presión del público amante del séptimo arte por ver una obra del famoso Pasolini, y la controversia es tan comparable con El Imperio de los Sentidos, de Nagisa Ōshima, para medio mundo, una vulgar película de cine para adultos y para el resto, una obra maestra que ganó muchos premios en diferentes festivales. Y en la ciudad terminó exhibiéndose en el Teatro Manizales, para entonces, con la categoría X", concluyó Arias.
1 Ben-hur (1959)
Una historia de dos viejos amigos enfrentados en la que nunca se muestra el rostro de Jesucristo, aunque su presencia marcará toda la vida de Judá Ben-Hur.
2 Barrabás (1962)
Muestra cómo fue la vida de Barrabás, el indultado por Poncio Pilato, después de la muerte de Jesucristo. Otra superproducción bíblica de los sesenta basada en la novela del premio nobel Pär Lagerkvist y protagonizada por Anthony Quinn como el criminal indultado y atormentado.
3 Marcelino pan y vino (1954)
Drama costumbrista que relata la historia de un niño huérfano que se hace amigo del Cristo que hay colgado en la pared. Un clásico del cine religioso que ha pasado de generación en generación acaparando la programación de televisión en esta época.
4 El príncipe de Egipto (1998)
La historia de Moisés. Primera película de animación tradicional producida y distribuida por Dreamworks, la productora creada por Steven Spielberg.
5 La pasión de cristo (2004)
La más descarnada adaptación de los últimos días de Jesucristo nos la presentó Mel Gibson en la cinta protagonizada por Jim Caviezel, como Cristo, y Monica Bellucci, como María Magdalena. Rodada en latín y en arameo, y proyectada en todo el mundo en versión original por deseo del director, la película despertó polémica por la crudeza de sus imágenes y su violencia explícita.
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