FOTO | LA PATRIA
José Joaquín Castaño, el conocido Alambrito denunció que es víctima de suplantanción de identidad.
Muchos manizaleños saben del espíritu ciclístico de José Joaquín Castaño Isaza. Es el reconocido Alambrito quien sufre hace dos años la pesadilla de una suplantación o robo de identidad, usada para cometer estafas, acceder a préstamos bancarios, firmar contratos de arrendamiento y comprar electrodomésticos a crédito en Medellín.
Castaño Isaza, notable creyente en Dios, lleva 17 años pensionado de Telecom. Recuerda que con su salario de trabajador adquirió una vivienda y la terminó de pagar al jubilarse, procede de una numerosa familia de 10 hermanos, tiene esposa y dos hijos. Es un hogar de deportistas.
Sin embargo, se le forma un nudo en la garganta cuando relata la desdicha de idas y vueltas de la capital de Antioquia, donde comenzó a demostrar en varios procesos que él no es el Joaquín que firmó letras, que sacó una contraseña de cédula a su nombre, que le hizo embargar la casa y por si fuera poco está reportado en una central de riesgo.
"Yo soy José Joaquín Castaño y no tengo nada que ver en ese engaño", recalca con indignación y así comienza a detallar paso a paso lo que le sucedió.
A mediados de 2010 Alambrito recibió la primera llamada de alerta de un banco. "Me dijeron desde Medellín que estaban haciendo un préstamo para Joaquín, les pareció extraño porque los datos de mi residencia son de Manizales", luego pasó lo mismo con una segunda entidad financiera y posteriormente con un almacén de electrodomésticos, todos del Valle de Aburrá.
"Yo hice una denuncia abierta en la Sijín, pero no contra nadie en específico", reconoce así que no sabía quién podría estar detrás de estas maniobras que lo perjudicaban.
Pasó un año y, sin saberlo, en el Juzgado 26 civil municipal de Medellín comenzó un proceso por presunta estafa señalándolo a él como autor. Esta vez era más serio el asunto, tanto que al enterarse le tocó contratar los servicios de uno de los dos abogados que ha tenido para defenderse.
Empapelado como le corresponde para atender el problema, Castaño muestra cada documento del proceso que lo ha tenido en crisis de nervios, inclusive bajo de nivel para competir en su categoría de ciclista master. Exhibe copias de tres letras por $7 millones 800 mil, $5 millones y $17 millones, firmadas entre diciembre de 2010 y febrero de 2011, que con intereses ya suman $37 millones.
Para adquirir el préstamo, el suplantador se valió de un certificado de tradición de la casa de Joaquín, documento que habría resultado fácil sacar partiendo del número de la cédula y la contraseña al parecer falsificada.
De esta demanda se desprende un proceso de embargo a su vivienda, el secuestro del bien estaba ordenado, pero jamás se realizó porque a comienzo de julio se surtió la audiencia ante un juzgado en Medellín. Allí el estafado reconoció que Alambrito no era el mismo Joaquín Castaño a quien le había prestado el dinero.
Después de la audiencia rindió una indagatoria en la Fiscalía de Medellín. Allá se enteró de los demás procesos en su contra por hurto. Hasta le informaron que a la semana siguiente lo capturarían, pero la medida la descartaron.
Entretanto, el juzgado ordenó una prueba grafológica, más un cotejo de la huella dactilar para compararlas con las que aparecen en la contraseña de cédula, en la que a propósito también está errada la fecha de nacimiento y el tipo de sangre.
Aunque supone que el camino comienza a estar más claro, aún este ciclista recreativo debe trepar por una montaña de dificultades para aclarar la manipulación de su identidad con fines criminales y así limpiar su nombre.
Afirma con vehemencia que "uno debe denunciar, no se puede quedar callado" y con la mayor indignación antes de que se le encharquen los ojos saca su puño y lo clava en la imagen del hombre, supuesto conocido que aparece en el papel fotocopiado de la contraseña de cédula. "Al fin supe quien me estaba suplantando", personaje al que denunció en mayo de 2012 ante la Fiscalía.
En septiembre de 2011 el suplantador de José Joaquín firmó un contrato de arrendamiento, el cual hace parte de los procesos judiciales en marcha.
Además del prestamista que aportó las letras firmadas como prueba dentro del proceso, la persona que usó el documento de identidad de Alambrito, también acudió a la Caja Social, Banco Popular, Electro Bello y Credidescuentos, entidades ubicadas en Medellín.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015