LA PATRIA | MANIZALES
Un hecho de intolerancia, presuntamente por exceso de consumo de licor, según lo que se sabe hasta ahora, ocurrió en la mañana del lunes en Supía, donde un peluquero agredió con severidad a su empleadora.
Al parecer, el domingo en la noche Rocío Quinchía, la mujer agredida, y el agresor se tomaron unos tragos por fuera de la residencia y regresaron al amanecer del lunes.
El hecho se registró cerca del parque. Unas personas que se encontraban al frente del lugar escucharon un escándalo. Según contaron, se oía claramente a la mujer que gritaba y pedía auxilio.
Los ciudadanos llamaron a la Policía y empezaron a forzar la puerta para abrirla. Cuando por fin pudieron ingresar encontraron al peluquero fuera de control, encima de la víctima a quien trataba de ahorcar con las manos.
El hombre fue detenido y llevado al calabozo de la Policía. A la mujer la llevaron al hospital. De acuerdo con lo que contaron los testigos el atacante de una mordida le arrancó parte de una oreja y un dedo índice.
Se tragó las partes
Los uniformados que atendieron el caso señalaron que aparentemente el sujeto se tragó las partes que le arrancó a la víctima, pues en la escena no las hallaron.
Las graves lesiones de la mujer obligaron al personal médico a remitirla de urgencia a Manizales, en donde ayer al mediodía le practicaron una cirugía, que sería la primera de varias que necesitará.
La captura al agresor se dio en flagrancia. Sin embargo, el delito que se investiga son lesiones personales dolosas, lo que requiere de la denuncia de la víctima.
Diana Montoya, hija de Rocío, le dijo a este medio que luego de la cirugía los médicos confirmaron que su mamá perdió la primera falange del índice derecho. De otro lado, esperan que haya una cicatrización en la oreja afectada para iniciar en enero el tratamiento reconstructivo.
Lo que supo Diana es que su mamá y el peluquero llegaron y cerraron la puerta. El hombre empujó a Rocío contra un espejo, que se reventó, luego la emprendió a arañazos y mordiscos al rostro y extremidades, hasta que lo detuvieron.
El dato
La víctima aún evalúa la posibilidad de denunciar al agresor, quien por la gravedad del daño causado se expondría a una pena que alcanzaría los 10 años de prisión por haber producido la pérdida de una parte del cuerpo.
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