José Albeiro Correa, conocido como Camilo el Indio Comanche.

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José Albeiro Correa, conocido como Camilo el Indio Comanche.

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LA PATRIA | MANIZALES

Hay tristeza en el sector cultural de Riosucio por la muerte del cuadrillero José Albeiro Correa, conocido cariñosamente como Camilo el indio Comanche, tras un accidente que sufrió en la vereda Cameguadua, de Supía.

Al parecer, cuando embarcaba unos novillos para transportarlos a la costa atlántica, uno escapó y lo persiguió. Se resbaló y al caer recibió un golpe muy fuerte en la cabeza, lo que le causó la muerte. Los bomberos le practicaron maniobras de reanimación, pero los esfuerzos resultaron infructuosos.

Comanche fue carnavalero desde muy joven, participaba en los actos de la gran fiesta, con sus disfraces. Trabajó gran parte de su vida en la central de sacrificio y era reconocido en Riosucio por su actividad.

En los desfiles de las fiestas y celebraciones tradicionales, se disfrazaba con toda su familia, como en el reciente 31 de octubre, por ejemplo, para alegrar el día de los niños.

Era protagonista en las tardes de toreo popular y con con su capa roja, ejecutaba faenas que arrancaban aplausos en el público. Era quien les ponía los tapones en los cachos a los toros, antes de soltarlos en el circo Arenas del Ingrumá.

Poco a poco se fue ganando el cariño y el respeto de la gente, no solo por lo que hacía en el ruedo, sino por su alegría, compañerismo y forma de ser. El domingo pasado, José Albeiro se sintió el riosuceño más orgulloso y con su sonrisa carnavalera, recorrió las calles de su pueblo como integrante de la cuadrilla Esclavos y Faraones.

"Estuvo muy contento durante la fiesta en general, en el desfile y en el circo de toros, su sitio preferido. Era muy alegre", recordó un compañero de cuadrilla.

Alba Nancy Santos, presidenta del Carnaval, sostuvo que el toreo popular se ganó un espacio especial gracias a José Albeiro, quien además era el suplente del abanderado en los eventos de la fiesta más importante de Riosucio.

También hizo parte del equipo de logística y hacías las vacas locas en la Fiesta de la Virgen de la Candelaria. Estaba próximo a pensionarse como empleado de la Empresa Municipal de Aseo (Emsa) en el matadero.

“Fue un hombre muy tranquilo, servicial, muy trabajador y dedicado a su trabajo. Era muy responsable con el Carnaval y entregado al toreo popular y a todos los actos”, recordó Alba Nancy.

José Albeiro era casado, tuvo cuatro hijos y también nietos. Su legado quedó en su familia, también entregada a la fiesta riosuceña y al toreo popular. Incluso, su hija se atrevió a seguirle los pasos en el toreo.

 

A media asta

En la sede del Carnaval permanece izada a media asta la bandera, en honor al cuadrillero.

 

Velación

La velación se llevará a cabo en lao Pesebrera de Martejo, en Tumbabarreto. Se esperaba que ayer entregaran el cuerpo a la familia.

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