LA PATRIA | MANIZALES
Al ingeniero químico Benhur Valencia Valencia, de 67 años, lo reconocían en Manizales porque fue socio del establecimiento Años Locos, propietario de Galerìa Bar y de otro local en el sector de Chupaderos, cuando era zona de rumba.
Su esposa, la economista riosuceña Martha Lucía Valencia Trejos, de 63, hacía parte de las cuadrillas del Carnaval del Diablo en su municipio y de la colonia de esa población en la capital de Caldas.
A la pareja la asesinaron en la madrugada de ayer en su finca Villa Julia, situada en La Manuela (Manizales). El primero recibió cuatro puñaladas en el pecho. La señora, 12, en diferentes partes del cuerpo.
“Jodido, pero muy buen profesor. Vivo hoy de lo que me enseñó”, recordó un ingeniero químico caldense, al hablar de Benhur, su profesor en esa carrera, en la Universidad Nacional, sede Manizales.
Los móviles de este doble crimen son extraños. En el caso se reportó un lesionado, Miguel Ángel Marulanda, de 43 años, mayordomo de ese predio, quien tiene una herida en el dedo índice izquierdo. Lo que contó inicialmente es que dos sujetos llegaron a la finca en busca de Benhur, pero que negó que estuviese ahí y por eso lo hirieron.
Añadió que escapó hacia la carretera, en busca de ayuda, lo llevaron en una moto y luego le contó a la Policía lo sucedido. Cuando los uniformados llegaron a Villa Julia encontraron muerta a la pareja. Hoy es el principal sospechoso de esos crímenes.
Los fallecidos vivían en la carrera 23 con calle 64, del edificio Cervantes, de la capital caldense, pero eventualmente iban a la finca a descansar.
El ingeniero se jubiló de la Universidad, escribió un libro y ahora preparaba otro. Ya no tenía los negocios, pues se dedicó a descansar. Martha nunca ejerció su profesión.
“No tenían hijos, solo un gato llamado Simón”, contó una amiga de la señora. Benhur se fue para la finca a pasar la cuarentena debido a que en Manizales no podía salir a caminar. Su esposa decidió viajar hacia allá la semana pasada para no dejarlo solo.
“El profe nos ponía nerviosos en los parciales. A veces pasaba por el lado de uno, miraba la hoja y cantaba ´se equivocó la paloma´. Uno creía que la había embarrado en el examen y se confundía. También escribía poesía. Un poema llamado Afirmación, considero, era el que mejor lo definía.
´Amó la vida con el derecho de pertenencia. Soñó a partir de él. Hizo beneficio de inventario: no aceptar nada gratis,no pedir nada y no querer nada . Se amó siempre como único remedio. Fue su dios y su único enemigo´”, contó un exalumno.
En 10 días de septiembre mataron a cinco personas en la capital caldense (20 de Julio, Sinaí, La Isla y La Manuela). Ya se superó la cifra del 2019, cuando en todo el mes fueron cuatro homicidios.
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