El intestino grueso, de rosado. El intestino delgado, de rojo.

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El intestino grueso, de rosado. El intestino delgado, de rojo.

LA PATRIA | MANIZALES

"Con la industrialización alimentaria, el abandono de los campos, la salud digestiva se ha comprometido. Comer bien no tiene que ver con la cantidad, sino con la calidad. Esto último impacta para bien o para mal".

El enunciado anterior es de Fabián Eduardo Puentes Manosalva, gastroenterólogo clínico quirúrgico adscrito a Unión de Cirujanos. El docente universitario habló en la previa del Día Mundial de la Salud Digestiva sobre cómo cuidar nuestro organismo desde lo que ingerimos.

El experto precisó: "La salud digestiva es un componente de la salud general, entendida esta no solo como la ausencia de enfermedad, sino como el tener el cuerpo en un correcto funcionamiento".

El boyacense resaltó que el sistema digestivo se convierte en la puerta de entrada de la energía que se requiere para funcionar. El sistema neurológico, el respiratorio, el renal y otros, se surten de lo que se obtiene a través de las estructuras que componen el aparato gastrointestinal.

"Cuando algo no está bien con lo digestivo, empezamos a pagar las consecuencias, tarde o temprano. Hay enemigos en el panorama, a este nivel, y no son más que los ultraprocesados. Son productos con una serie de compuestos que, a la larga, nos dañan".

De lo sugerido

Ahora, según Puentes, está muy de moda hablar de las dietas orgánicas (en la que se prefiere el consumo de alimentos cultivados sin fertilizantes, pesticidas u otros químicos), de las dietas keto (que restringe alimentos ricos en carbohidratos) y de las paleo (que prioriza las carnes sin grasa, los huevos, las frutas, las verduras, los frutos secos y las semillas), y más; y que ninguna tiene la verdad absoluta.

"Hay una idea fundamental que se tiene que llevar la gente y es la de que cualquier cosa que se coma influye en nuestro organismo. Lo ideal es abandonar lo industrializado, porque esto trae como efecto secundario el aumento en los casos de diabetes, de obesidad, de sobrepeso. Es importante volver a las bases, a lo natural", insistió.

Eso, advirtió el gastroenterólogo, no significa volver al pasado, porque no todo lo que se hacía antes estaba bien: "El comer alimentos nitrados no es bueno. Este concepto tiene que ver con la arepa y otras preparaciones un poco quemadas".

Para hacer los diseños individualizados de las dietas, según el médico, no hay profesional más idóneo que un nutricionista: "No tiene por qué ser el influencer, el vendedor de libros, los expendedores de suplementos alimenticios, etc. Hay que preguntarle al que sabe".

Puentes invitó a ir a la fuente, al profesional especializado, y no creer en lo que a la vecina, a la amiga o al familiar le sirvió; esto para evitar inconvenientes en lo digestivo. En el entendido de que todos somos diferentes, deberíamos tener planes individualizados de alimentación.

Abordaje inmunitario

Puentes es partidario de la idea de que la resistencia del sistema inmunitario radica en la salud intestinal. "Y todo empieza con la lactancia materna, que le trae al bebé la fortaleza inmunitaria de la mamá".

Después, cuando se termina esta fase y se entra a la alimentación complementaria, se debe dejar que la persona experimente con sabores, colores, texturas. "Es muy importante ese primer contacto con los alimentos para ir construyendo la salud intestinal".

Puentes agregó: "No hay alimentos que vayan a hacer que mis defensas mejoren. Es la mezcla idónea de los grupos de alimentos, de la posibilidad de sus presentaciones, lo que respalda nuestra salud en general".

Según el médico no hay alimentos mágicos, ni milagros metabólicos, que vayan a hacer que un problema de salud desaparezca o que una amenaza deje de serlo. Es todo el contexto el que afecta o beneficia.

"No se puede pretender que un polvo vaya a suplir que no se haga ejercicio, que alguien no se alimente bien, que no duerma de la mejor manera y que tome trago, como si nada. No hay productos que, por sí solos, aumenten las defensas, camino a librarnos -por ejemplo- del coronavirus. Frente a esa enfermedad lo único que marcó la diferencia fue la vacunación", concluyó.

Atentos a la salud mental

"Mente sana, cuerpo sano" es un ideal que, según Puentes, todos debemos buscar. Más en esta zona del país donde se tienen tantos casos de ansiedad, depresión, bipolaridad, entre otras condiciones.

La salud mental, advirtió el profesional, es el eje principal de todo. De ahí que todos los desórdenes alimentarios deban manejarse con psicólogos y psiquiatras, sumados a otras especialidades.

"Ahora se está hablando de la neurogastroenterología. Esto tiene que ver con que el intestino no se manda solo, tiene una relación bastante directa con los estados de ánimo. Un ejemplo claro es que, la mayoría de las veces, los primeros síntomas de los trastornos depresivos suelen ser los de corte intestinal", subrayó Puentes.

El gastroenterólogo respalda la idea de que la comida tiene un componente emocional, pero que -frente a esto- hay que equilibrar qué nos cae bien o mal de todo lo que nos satisface.

"No es prohibirse las cosas, es entender que hay cosas que no caen bien. Entre eso están las bebidas azucaradas, las gaseosas, etc. El problema ya es de hábitos, cuando se hace más de una vez, cuando se vuelve constante", señaló Puentes, recalcando la necesidad de un manejo interdisciplinario de cada caso.

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