Una adecuada alimentación en las primeras etapas de crecimiento de una persona, es vital para su desarrollo posterior. Un niño mal alimentado puede tener un bajo rendimiento escolar, así como incapacidad para concentrarse según señaló el pediatra Carlos Alberto Montoya.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional en Colombia (Ensin) 2010, que aplicó el ICBF, Caldas se suma a la lista de 15 departamentos que como Chocó, La Guajira, Nariño, Cauca, Boyacá y Amazonas están por encima de la prevalencia nacional (13,2) en desnutrición crónica.
El Ministerio de Salud, con colaboración del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, lidera el programa de prevención y reducción de la anemia nutricional que espera contribuya a que niños y niñas del país mejoren su desarrollo psicomotriz y nutricional.
El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, aseguró que la idea es reducir las tasas tan altas que hay de anemia nutricional, pues en varias partes del territorio son preocupantes. Cifras que maneja dicha cartera, arrojaron que la anemia antes de los 11 meses de edad ronda el 52%.
El pediatra afectólogo Carlos Alberto Montoya y Luisa Fernanda Castaño, estudiante de Medicina de la Universidad de Caldas, hablaron con LA PATRIA sobre las consecuencias que implica para un niño padecer de anemia.
Hay niños que son prematuros, con retardo en el crecimiento intrauterino porque de pronto la madre no tuvo los cuidados durante el embarazo o padeció alguna enfermedad.
Estamos en una política nacional "De 0 a siempre" y consideramos que los primeros cinco años son fundamentales en la vida de un infante. Aparte de muchas otras la anemia es consecuencia de la desnutrición. Además se encuentra dentro de las primeras cinco causas de morbilidad en los niños.
Infecciones como la malaria, el paludismo o algunas enfermedades oncológicas. Pero la principal causa es la carencia nutricional. Una gestante con anemia corre el riesgo de retardar el crecimiento intrauterino.
Se relaciona con alteraciones cognoscitivas, de memoria, disminución de las defensas, presencia de infecciones, retardo en el crecimiento. Los niños con anemia y desnutrición carecen de buenas conexiones neuronales porque se alteran, de manera que si no se trata la anemia, estos niños van a quedar con secuelas para toda la vida.
Son niños que están pálidos, decaídos, no quieren jugar, viven cansados, con sueño, no están concentrados y no aprenden lo mismo. Lo más importante es acudir a los controles de crecimiento y desarrollo.
¿Qué se puede hacer?
Depende mucho de los grados de desnutrición. Hay niños en clases altas que pueden tener desnutrición, porque a pesar de tener muchos alimentos, prefieren la comida chatarra, no se alimentan bien, son caprichosos, es decir no tienen buenos hábitos alimenticios. También se da el caso de niños obesos en clases muy deprimidas porque comen mucho carbohidrato y carecen de una dieta alimenticia balanceada, además creen que porque el niño está gordo es sinónimo de salud. Para todo esto se necesita un pediatra, un nutricionista que trabajen en equipo en favor de los niños.
¿En estos casos, son buenas las vitaminas?
Esa no es la solución, lo que se necesita es una adecuada alimentación, comenzando con la lactancia materna, exclusiva hasta los seis meses.
La campaña entregará sobres nutricionales que contienen vitamina A, B, zinc, hierro, selenio, cobre, yodo y ácido fólico.
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