MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
En un país muy, muy, dividido, logró el poder un Duque, de nombre Iván, que venía de la derecha. En un feudo de ese lugar, llamado Caldas, los barones y baronesas esperan la invitación para hacer parte de la corte presidencial y ampliar su poder en las elecciones de octubre del 2019.
A estos cercanos al Duque, los amenazan grupos emergentes, que especialmente en Manizales conquistan el voto de opinión, aunque aún mande el Centro Democrático (CD), lo que hace de este territorio, como un principado del rey. El mando único está a cargo de Adriana Gutiérrez, una uribista purasangre, es decir muy próxima a Álvaro Uribe Vélez, quien ungió de posibilidades al ahora mandatario Duque.
Ella convocó a otros grupos afines a su causa, desde antes de la segunda vuelta del 17 de junio, a hacer alianzas para detentar el triunfo.
Muy juntos se vieron congresistas y dirigentes de los partidos Liberal, Conservador, MIRA, la U, Cambio Radical, como pocas veces en los últimos años. Se organizaron, se pusieron tareas y ganaron. Una estrategia que parece funcionar en tiempos de candidatos respaldados por convergencias, ya no de partidos.
El primero en sacar pecho fue el liberalismo, encabezado por el barón electoral Mario Castaño, poseedor de la Alcaldía de Manizales, como joya de la corona, y cuatro feudos más: Salamina, Pácora, La Merced y Norcasia.
Rojos rojos
Los liberales electos senador, Castaño, y representante a la Cámara, José Luis Correa, llegaron divididos a la designación del Duque y esto tuvo graves repercusiones. Primero, la vinculación de Nestor Castaño, hermano de Mario, a la campaña Liberales con Duque, que arrastró a un grupo de esa línea. Luego Correa, infante electoral, pero con padres de raigrambre política, por haber trabajado con el mandatario de Manizales, José Octavio Cardona, exigió participación en la toma de decisiones. Dicen que no le consultan nada.
Esto desató enfado en la casa Correa, que se la jugó del todo con Humberto de la Calle. Aseguran que los Correa dejaron claro que si el triunfo liberal fue de dos congresistas, debían tener además participación burocrática 50-50 con los Castaño. Los últimos movimientos del gabinete Cardona han respondido a esto. El nuevo gerente de la Empresa de Renovación Urbana, Mario Urrea, es de la casa Correa, y van por otro cargo.
La cercanía liberal con el CD se fortaleció entre Adriana Gutiérrez, exanticoalición yepobarquista, y el exmiembro de esa coalición, Castaño. Nadie niega que los primeros pondrán cabeza para la Gobernación y los segundos para la Alcaldía de Manizales. Gutiérrez es de ascendencia liberal, y Castaño tiene fuertes vínculos con el exmandatario César Gaviria, presidente del liberalismo en el país.
A los rojos les sobran aspirantes para la Alcaldía, pero aún ninguno tiene el favor de los que mandan. Son nueve los nombres que están en el sonajero: Jorge Hernán Mesa, gerente de Aguas de Manizales; los secretarios municipales Jhon Robert Osorio (General), John Hebert Zamora (Gobierno) y Juan Carlos Gómez (Educación); Víctor Hugo Cortés, concejal; los diputados Jorge Hernán Aguirre y Óscar Alonso Vargas; el médico José Ignacio Arciniegas; y hasta el rector de la Universidad de Manizales, Guillermo Orlando Sierra, que no ha hecho política directa, pero suena cada vez más fuerte para buscar un consenso.
Del CD, para la Gobernación, figuran la misma Gutiérrez, su hijo, Camilo Gaviria, que gerenció la campaña del Duque en Caldas, y el exgobernador Tony Jozame. Esta semana los términos de esta alianza pueden cambiar.
En el principado del CD no hay satisfacción por esta futura alianza con los rojos, hablan de fuertes discusiones internas. Podría darse que con el apabullante triunfo del Duque en Caldas, el CD tenga la ventaja para escoger cabezas y así se lo harán saber a los liberales.
Sin embargo, sobre la mesa, dicen los que saben, hay un acuerdo previo para que el CD llegue a la actual Alcaldía con por lo menos seis cargos. Falta ver qué pesa más, los votos obtenidos o los cargos prometidos.
Débiles
La U, golpeado por la pérdida de un representante y el retiro de un senador (Hernán Penagos y Mauricio Lizcano), más la pérdida de investidura de la representante Luz Adriana Moreno, trata de recomponer fuerzas.
Cuentan que hay conversaciones de la casa Lizcano con el alcalde Cardona y el representante electo José Luis Correa para buscar opciones en las electorales del 2019. Buscarían alcaldías o Gobernación con el diputado Henry Gutiérrez; el gerente de Empocaldas, Carlos Arturo Agudelo; el director de la Territorial de Salud, Gerson Bermont, y el secretario de Gobierno, Carlos Arturo Piedrahíta. Cualquiera deberá renunciar a su cargo en octubre si no quiere quedar inhabilitado. Otra posibilidad es el director del Invías, Carlos Alberto García.
En la casa Penagos, que también participó en la convocatoria para elegir al Duque, sostienen que se mantienen independientes y esperan que surjan alianzas cívicas en el reino, porque son muchos los que no quieren entrar al bloque Gutiérrez-Castaño, aunque otros los ven desde hace rato al lado del congresista liberal.
Penagos, ya de salida de la Cámara y aún con votos importantes en el país, buscaría ser nombrado magistrado del Consejo Nacional Electoral.
Azul desteñido
Barones del Partido Conservador en Caldas, que en otras épocas fueron los reyes, buscan acomodarse en el actual reino sin la necesidad de perder la identidad azul. El problema es que están muy divididos, al menos en unas siete líneas.
El único congresista azul por Caldas será el electo representante Félix Chica, que mantiene la línea del saliente senador Luis Emilio Sierra; otra es la del pereirano Samy Merheg, electo senador que abrió casa en Caldas con gente del diputado Ómar Andrés Reina. Hay otro grupo que sigue a Amparo Sánchez, gerente de Aerocafé, y al gerente de Aguas de Manizales, Jorge Hernán Mesa. Está la línea del saliente representante Arturo Yepes, que votó para Senado por Efraín Cepeda; y la del exsenador Ómar Yepes, que votó con David Barguil. También, la del diputado Mauricio Londoño, que votó a Senado con Juan Diego Gómez. Quedan los conservadores más viejos, que no tienen una cabeza fija.
Varias de las fuerzas azules estuvieron en los encuentros programados en casa de Adriana Gutiérrez, de cara al trono nacional. Para la segunda vuelta trabajaron como no lo hacían desde hace unos 40 años. Sus brújulas apuntaron a los municipios conservadores de San José, Aranzazu, Anserma, Marulanda y Viterbo, que esperan conservar y sumar otras.
Esto les dio pie para fijarse compromisos como partido, sin apellidos, y armar una estructura que les permita solicitar a la Dirección Nacional nombrar un nuevo directorio departamental en el que estén todas las líneas y desde ahí otorgar avales para alcaldías, Gobernación, concejos y Asamblea. Para Manizales, podrían jugársela con nombres como el propio Luis Emilio Sierra; el gerente de la Industria Licorera de Caldas, Luis Roberto Rivas; y la exdirectora de la Fundación Lúker Ana María González.
Otra opción es entrar a la alianza con el CD y los liberales, aunque temen que prospere la demanda por pérdida de investidura contra el barón Mario Castaño, lo que podría hacer que todo cambie.
Como ruedas sueltas
De la casa sierrista hay una disidencia encabezada por la exrepresentante a la Cámara Juana Carolina Londoño, que recogería firmas para buscar la Alcaldía de Manizales. Estaría conformando un equipo, pero está supeditada a que su tía Ana Cristina Jaramillo, contralora de Manizales, renuncie y no la inhabilite.
Tampoco se sabe, ni ellos lo definen, en dónde quedará Cambio Radical, que con sus pocos votos tiene varias líneas. Se quedó con un representante a la Cámara electo, Erwin Arias, que tiene su caudal en La Dorada, el diputado Héctor Giraldo y el concejal Orlando Quiceno, que preside el Concejo de Manizales desde el viernes. Al quedar huérfanos de poder, con la derrota de Germán Vargas, no es claro con quién se vayan a ir o dónde los quieran recibir. Aquí también habla fuerte el gobernador, Guido Echeverri.
A diferencia de los cuentos de hadas, este no parece conservar el vivieron felices para siempre, al fin y al cabo se trata de política.
La Coalición Colombia, fuerza creada para las elecciones a Congreso y Presidencia entre los partidos Alianza Verde, Polo Democrático y Compromiso Ciudadano, desea continuar su lucha por el poder, así no haya triunfado.
Para las elecciones del 2018 esperan ampliar esta convergencia, como oposición al Duque y con el ánimo de elegir concejales, diputados y algunos alcaldes. Han barajado nombres como el de Adriana Villegas Botero, Felipe César Londoño, Andrés Felipe Betancourth, Francisco González, Julián García con el que le puedan apostar a una candidatura cívica para Alcaldía y Gobernación. Allí tendrían cabida las fuerzas de izquierda como las que apoyaron a Gustavo Petro y otros que no están de acuerdo con el del Duque, pero como ha sido la historia hasta ahora del Partido Verde en Caldas y del Moir, lo difícil es lograr esos consensos.
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