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Fueron tantas las dificultades y las angustias a las que se vio sometida Manizales con el exalcalde Carlos Mario Marín, que muy pronto, desde la elección de Jorge Eduardo Rojas en octubre del año pasado, la esperanza se volcó en su eslogan de “Un Gobierno en serio” para que empezara a resolver las irregularidades que dejó su antecesor. Claramente Rojas ha hecho cosas positivas por la ciudad en estos 73 días de Administración, tratando de ir en esa línea, pero también hay que decirlo, empezó a incurrir en errores que es indispensable subrayar para que sean corregidos.
El alcalde aseguró en su posesión que será un aliado de la cultura en el municipio y que apoyará las iniciativas existentes, pero ya en la práctica, apenas ahora el Instituto de Cultura y Turismo (ICT) está haciendo inspecciones e inventarios para poner en marcha dos programas clave en comunas y corregimientos: las 8 bibliotecas públicas y las 13 casas de la cultura, que son base de los procesos culturales porque ahí es donde se inicia el primer acercamiento de niños, adolescentes y jóvenes con todo lo que representa este sector. Algunos abrieron esta semana, pero otros siguen pendientes de contratación de coordinadores y talleristas y están parados.
Es decir, está sucediendo lo mismo que se ha criticado de administraciones anteriores, incluso en la primera del propio Rojas, el retraso en cada inicio de año para contratar y que empiecen a funcionar programas culturales como estos. La Administración desde su llegada debería haber implementado estrategias para no repetir la situación y ayudarle al alcalde a cumplir la promesa que hizo en su arranque, de ser un Gobierno diferente, serio en sus actuaciones y con la experiencia y conocimiento para superar problemas.
Se sabe que cualquier contrato en el sector público exige surtir multiplicidad de trámites, algunos más complicados que otros, pero ninguno tan insalvable como para impedir el normal transcurrir municipal. Pareciera más bien convertirse en una cuestión de voluntades para acelerar y facilitar los procesos; bien sea en las secretarías de Desarrollo Social y Educación, que deben firmar convenios interadministrativos previos, o con mayor número de personal, así sea supernumerario en el ICT, para subir, uno por uno, los contratos al Secop y que no se forme un embudo en el que los últimos en llegar con los documentos exigidos son los más perjudicados para empezar a funcionar. Solo hay un funcionario encargado, y las demás iniciativas tienen que esperar a que se tramite lo del primero.

Este año ocurrió con la Banda Municipal de Manizales, que forma parte del paquete cultural, pero logró estar contratada en enero para eventos de Feria y otros; solo paró en febrero y arrancó labores el 1 de este mes. Sería bueno conocer qué se hizo para lograrlo, pues este solo programa requiere hacer por lo menos 40 contratos. Eso no ha sucedido con la contratación de directores de bandas de música de colegios, que son cerca de 21, y el programa creado en el 2022 sigue parado y los directores sin saber si los van a reenganchar con la Administración Rojas. Ratificamos, debe haber mucha voluntad para agilizar estos procesos y debería darse por igual para todos.