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Jerarcas de la Iglesia Católica afirmaron: “preferimos una economía puesta al servicio de la paz, que de la guerra”, a propósito de los siete acuerdos establecidos al concluir el sexto ciclo de la mesa de diálogos de paz entre el Gobierno nacional y el Eln. Entre ellos: prórroga del cese al fuego bilateral por seis meses más, suspensión del secuestro extorsivo, no uso de menores de 15 años en el conflicto, creación de un fondo multidonante. Las conversaciones se iniciaron el 21 de noviembre del 2022, con promesas fallidas en estos 14 meses.
Incumplir ha sido histórico en el Eln. Gobiernos anteriores al de Gustavo Petro fracasaron intentando llegar a la paz con esta guerrilla, porque siempre vuelve a sus andanzas. Eso impide creer la voluntad de cesar el conflicto y los delitos de los que subvenciona su actuar, como el secuestro extorsivo y que el Eln hace llamar retenciones con fines económicos, tipificado como delito por las leyes colombianas. Los delegados del Gobierno en los diálogos insisten en que sí hay compromiso de liberar secuestrados, y que de una lista de 26 pueden quedar 3 personas plagiadas, pero no tienen seguridad en la cifra. La Defensoría del Pueblo asegura que son 110 los secuestrados, y que este año ya van 12.
El cese al fuego que también incluye la tregua parece que no ha operado en zonas rurales del Cauca, de las más golpeadas. Comunidades enteras se han quedado sitiadas por amenazas, paros armados y atentados ejecutados por el Eln en una clara violación a los actuales diálogos de paz. Igual ha sucedido con el compromiso de no reclutar menores de edad para que ingresen a sus filas y sean parte del conflicto armado; lo han quebrantado, como reporta también la Defensoría en relación al uso de niñas, niños y adolescentes menores de 18 años en las actuaciones ilegales.
Son un cúmulo de acciones delictivas del Eln que llevan a resistirse al fondo multidonante, de los puntos más cuestionados de este último ciclo. Está dirigido, dicen los delegados del Gobierno, a financiar los diálogos de paz con esa guerrilla, no a patrocinarla. La misma estrategia usó Juan Manuel Santos para el proceso de paz con las antiguas Farc, y está vigente hasta el 2026. No es una figura nueva. El fondo duraría un año para recibir recursos de donantes y del Estado. Difícil augurar resultados positivos, muchos colombianos rechazan aportar para que esta guerrilla deje de cometer delitos, así el Gobierno insista en que no es para eso.


El Eln como organización le ha hecho muchísimo daño a Colombia, ha dejado heridas que no son fáciles de sanar en familias y pueblos. Por qué no pensar primero en que dé muestras concretas de paz, de dejación de armas, de respetar la vida de los civiles, de no reclutar menores, de no secuestrar a más colombianos ni extranjeros, de no traficar con drogas. Cuando eso suceda sí pensar en que el país pueda aportar económicamente con tranquilidad y confianza a la paz con esta guerrilla.