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Dos contratos de selección abreviada que suman $1.033 millones ponen otra vez a la Alcaldía de Manizales en entredicho. Los firmó en octubre y el plazo de ejecución es hasta el 31 de diciembre. Uno por $493 millones con Signal Marketing S.A.S. para suministro de material gráfico, publicitario y de impresión en la difusión de información y campañas de diferentes secretarías que lo pagan. El otro es con Tremenda Creativa & BTL por $540 millones para operación logística en actividades programadas por las secretarías de Hacienda y de Planeación en diferentes sitios de la ciudad. El trasfondo es otro.
Con recursos del primer contrato se ordenó montar vallas y pasacalles por la ciudad, mostrando el antes y el después de cada obra, por pequeña que sea, de la Administración Marín; en cada sitio habrá una placa alusiva a las ejecuciones del alcalde, Carlos Mario Marín Correa. También se ordenó imprimir folletos a color que resumen la gestión de Marín, y librillos de 72 páginas, a todo color y en fino papel, que muestran las “ejecutorias” y el panorama de obras, terminadas y en ejecución. Se pide que se contrate personal, en el negocio con Tremenda, para apoyo logístico, que entre otras implicará como se ha visto recorrer la ciudad puerta a puerta, explicando con folleto y librillo las “bondades” de la Administración. La campaña incluye además cuñas radiales en las emisoras locales, con el mismo propósito.
Estos dos contratos fueron adjudicados antes de las elecciones del 29 de octubre y comenzaron a ejecutarse después. Se deben sumar aquí los 17 contratos que firmó el Instituto de Cultura y Turismo de forma directa, sin pluralidad de oferentes como advierte la Corporación Cívica de Caldas, por $817 millones 968 mil para celebrar el cumpleaños 174 de la ciudad, el grueso de recursos fueron para la planeación y gestión del evento y para una nueva versión del Himno de Manizales, este último firmado con La Fábrica Producciones por $73 millones 887 mil, pero no ha sido difundida, nadie la conoce ni la ha escuchado. Ahora dicen que se dará a conocer el 7 de diciembre, que nada tiene que ver con la fecha del cumpleaños.
Lo que hay es un deseo irrefrenable de figuración de Marín, intentando tapar lo ineficiente que fue su Gobierno y sus decisiones, porque unos pocos lograron sobresalir entre tanta mediocridad de asesores, secretarios y gerentes. El alcalde desperdició cuatro años en los que pudo haber hecho un ejercicio juicioso de lo público si se hubiese rodeado bien, y mostrarlo a la ciudad desde que arrancó, así haya tenido que enfrentar la crisis de la pandemia. Tropezar y resolver es lo más frecuente en el sector oficial, no puede ser disculpa para no haber hecho lo que le correspondía.

Tampoco le queda, ya de salida, insistir con entrevistas en medios de comunicación de Bogotá, que poca audiencia tienen en Manizales y escaso contexto para contrapreguntar, con tal de seguir evadiendo la prensa local ávida de respuestas del mandatario. Un año lleva LA PATRIA, desde su salida en falso con Liberland, pidiéndole a Marín una entrevista que no ha concedido y que ha prometido una y otra vez. Eso no es lógico ni sano para una ciudad. Ojalá la Procuraduría ponga la lupa sobre todos estos contratos dirigidos a publicidad e imagen, bajo el antecedente normativo que ordena que la publicidad contratada debe ser para la entidad, no para el gobernante ni para sus redes sociales personales. Carlos Mario, ya no más por favor.