Una movilidad sin restricciones

La Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) empezó a entregar resultados del estudio de movilidad que se viene realizando, con lo que va quedando clara la necesidad de ejecutar obras estratégicas para hacer más eficientes los desplazamientos en la ciudad, pero sobre todo la importancia de avanzar de manera rápida en la implementación del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP), en el que haya un componente esencial de integración que haga cada vez más atractivo su uso, y que a la vez desincentive la utilización del transporte particular, sin necesidad de tomar medidas restrictivas.
Llegamos ya casi a una década del fracasado comienzo de ese sistema de transporte, y pese a que todas las administraciones municipales que han pasado han hablado de su urgencia es muy poco, casi nada, lo que se ha avanzado. Por el contrario todavía hay cuentas pendientes con el desaparecido TIM y con quienes aportaron una tecnología que ya se quedó obsoleta sin haberla utilizado. No puede haber más dilaciones en un asunto que es tan vital para la competitividad y el desarrollo de Manizales, y en el que estamos retrasados con respecto a otras ciudades de nuestro mismo tamaño en el país.
En ese sentido es destacable el visto bueno (prefactibilidad) dado por Findeter a la tercera línea del cable aéreo, que iría desde Los Cámbulos hasta el sector de las universidades, pasando por Fátima, en un recorrido de 2 kilómetros. Se calcula que el costo de ese proyecto está entre $133 mil millones y $138 mil millones, y que aumentaría la demanda de ese sistema de transporte en cerca del 60%, lo que confirma su viabilidad. Así las cosas, si los ministerios de Transporte y de Hacienda hacen lo debido, pronto se podrá contar con el crédito para financiar la construcción de las estaciones y la compra de la tecnología para que el cable siga tomando fuerza en nuestra ciudad. Así se podría reducir en buena medida la congestión que se da en las vías en horas pico.
Algunas cifra de la primera fase de este estudio de movilidad deben llevarnos a reflexionar, como que el 29% de los manizaleños prefieren el transporte público, un indicador que ha ido en descenso en forma progresiva. De seguir así podría llegar, prácticamente, a desaparecer. Además, las velocidades de desplazamiento han ido bajando, sobre todo en el Centro, donde las rutas del transporte ocasionan tacos sin sentido. Las empresas transportadoras no pueden seguirse oponiendo o manteniéndose apáticas ante la urgencia de un sistema de transporte que sea el preferido por una amplia mayoría de habitantes por su comodidad, eficiencia, rapidez y buen precio. 
Es muy fácil salir a decir que un buen funcionamiento del transporte público y la posibilidad de una mejor movilidad en la ciudad dependen de los vehículos particulares y de su crecimiento del 143% en la última década. Si bien no es bueno que haya un incremento de esa magnitud (las motos fueron las que más se incrementaron, el 232%), también es verdad que pensar en un pico y placa permanente para los privados, como lo quieren los taxistas, es solo buscar la fiebre en las sábanas. Además, la experiencia en otras ciudades muestra que las medidas restrictivas lo que hacen es incentivar más la compra de vehículos en las familias, para tener acceso a varios números de placas que no limiten su movilidad. La coyuntura por la construcción del intercambiador de La Carola viene demostrando que lo único que falta es orden.

Lo que debe fomentarse, además de un buen transporte público, es el uso correcto de las bicicletas con la infraestructura adecuada y que los desplazamientos a pie sean cada vez más numerosos. Ambas cosas, además de ayudar a tener una mejor movilidad, permite que la gente logre una buena salud.