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Los tiempos actuales no son los mejores para el empleo. En Manizales hemos visto como en un año el indicador de desempleo pasó del 12,1% al 12,7%, de acuerdo con el informe del DANE del mes pasado (muy preocupante si vemos que al finalizar el 2016 era del 9,8%). Eso muestra un problema creciente que parece confirmarse con lo que viene ocurriendo en los call center o centros de llamadas, que habrían perdido 2.323 empleos entre el 2018 y este año, según la Cámara de Comercio de Manizales. El hecho de que tengamos la menor informalidad laboral del país (37%), es solo un consuelo frente a la realidad de pérdida efectiva de puestos de trabajo.
Tampoco es buen síntoma que de 120 centros de contacto que hay en la capital caldense 40 operen de manera informal, como lo señala la Secretaría de Gobierno de Manizales. Si no se han legalizado como empresas, ¿qué podremos esperar acerca del salario y condiciones laborales que ofrecen a sus empleados? Es urgente que se tomen medidas para que no solo se frene la caída en el número de puestos de trabajo en estos lugares, sino que quienes laboren allí tengan salarios, prestaciones y demás garantías de ley que hagan digna la calidad de sus empleos. No pueden dejarse perder más puestos de trabajo en la ciudad, y en eso es fundamental que el sector público y el privado trabajen de la mano para analizar causas y encontrar alternativas. La Secretaría TIC y Competitividad de Manizales es la que debe asumir el liderazgo. 
Es grave que solo entre enero y abril, de acuerdo con estudios, se haya pasado de 8 mil 565 empleos a 6 mil 242 en los centros de contacto de Manizales. Peor, si pensamos que en el 2015 se alcanzó un techo de 9.073 plazas ocupadas. Así que, en lugar de avanzar y crecer, vamos en reversa. Este fenómeno se atribuye a la oferta de actividades similares en otras regiones de Colombia, el déficit de formación de nuestros jóvenes en un segundo idioma y la ausencia de otras competencias en temas de redacción, por ejemplo. Si esas son las razones, es urgente reaccionar y empezar a llenar los vacíos que padecemos.
Frente al escenario que conocimos recientemente de People Contact ya expresamos que el mayor desafío de esa empresa es los ingresos, con una operación comercial propia que genere empleo, pero también trayendo nuevos inversionistas que estén dispuestos a operar desde acá. La experiencia de estos años tiene que ser aprovechada para darle dinamismo renovado a nuestra economía y frenar el desempleo, lo que podría llevarnos a pasar por grandes dificultades. Es un logro que People no esté dando pérdidas como en el pasado, pero ahora tiene que trabajarse por una franca recuperación.
Casi que desde su comienzo, hace cerca de una década, hay quejas alrededor de la manera como funcionan estas empresas y las políticas salariales que tienen. No obstante, como espacios para el primer empleo o alternativa para trabajar en horas poco usuales que permitan a las personas desarrollar otras actividades, son una buena opción. Tal vez no correspondan a la mejor alternativa laboral a la que pueda accederse, pero sí es posibilidad para que a los hogares lleguen nuevos ingresos por vía de jóvenes que aporten positivamente a sus familias.

Como las economías locales dependen en buena medida de lo que pasa en el país, la esperanza es que en el ámbito nacional se recupere el optimismo, de tal manera que el consumo interno se reactive y, sobre todo, que el panorama se vea más atractivo para la inversión que se traduzca en ocupación productiva para miles de colombianos.