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Manizales aspira a pertenecer a la Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje que promueve la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), de la que hacen parte 205 ciudades del planeta, y a la que solo han llegado dos ciudades colombianas: Medellín y Cali. Esta estrategia está armonizada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), principalmente con el 4 (educación de calidad) y el 11 (ciudades y comunidades sostenibles), para que sea una actividad para toda la vida. Antes del próximo 30 de abril, la capital de Caldas debe tramitar la postulación a esa organización a la espera de ser aceptada y empezar a sintonizar acciones con dicha red.

Esperamos que la Alcaldía, con el apoyo de los demás actores públicos y privados del sector, elabore un excelente documento que sustente con bases firmes las razones por las cuales Manizales debe ingresar a esa red, que es como el club de mejores prácticas educativas en el mundo. Tal postulación debe tramitarse por medio de la Cancillería y la Comisión Nacional de Cooperación de la Unesco en Colombia. Si se logra una respuesta positiva tendremos que asumir mayores compromisos como ciudad para obtener logros relevantes en todos los niveles educativos, tanto en planeación, como en participación, accesibilidad, evaluación y presupuesto, entre otros.

Hay que destacar que la capital antioqueña ganó, al lado de otras nueve ciudades del mundo, el galardón Ciudad del Aprendizaje 2019, gracias a que logró reintegrar a la vida escolar a 4.560 niños. Su trabajo ha sido tan bueno que ya la Unesco determinó que el próximo 20 de octubre se realizará allí el Congreso Mundial de Ciudades del Aprendizaje, ocasión que podría aprovecharse para que nuestra capital aprenda mucho más de lo que debe ser la educación para todos, como es la concepción de esta red mundial.

Este programa se preocupa por la movilización de recursos para la promoción de un aprendizaje inclusivo en todos los niveles de la educación, revitalizar el aprendizaje en las familias y las comunidades, facilitar el aprendizaje para el trabajo y en el trabajo, ampliar el uso de modernas tecnologías de aprendizaje y mejorar la calidad y la excelencia educativa. Aquí ya tenemos la ventaja de la labor coordinada que realizan instancias públicas y privadas tanto en los niveles básicos y secundarios, como en la educación superior, para obtener avances en calidad. Eso debe servir para ser la tercera ciudad colombiana que ingrese a esa importante red.

En el fondo, el propósito principal es sentar bases locales para el desarrollo social, económico y ambiental sostenible, en un mundo en permanente cambio, donde hay que estar abiertos al aprendizaje permanente, a la búsqueda de nuevos conocimientos y a la innovación que debe hacer parte de lo cotidiano. En Manizales ya hemos recorrido un camino en esta dirección, y seguramente siendo parte de la red podremos avanzar en la vocación educativa y lograr avances más rápidos y profundos.

 

Lo más importante de este paso sería poder aprender de las mejores prácticas educativas en el mundo, poder exportar lo que hacemos bien y lograr cooperación técnica y de recursos para fortalecer los procesos de educación que apunten a transformar positivamente nuestra sociedad, a partir de los niños y los jóvenes. También, que tengamos fuertes políticas públicas en las que toda la ciudad, con sus parques, museos y demás espacios públicos estén abiertos a educar a toda la población. De hecho la Unesco tiene claro que la tasa de pobreza mundial podría reducirse a la mitad si todos los adultos terminaran sus estudios secundarios, y en nuestro ámbito local hay que luchar para lograrlo.