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En el Día Mundial contra el Suicidio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) previene sobre la necesidad de prestar mayor atención a este flagelo que cobra la vida de una persona en el mundo cada 40 segundos. Nuestra región ocupa preocupantes lugares en las cifras definitivas que aportan al total nacional. Por eso, desde diferentes frentes se ha llamado la atención de atender a quienes manifiesten la posibilidad de terminar con su vida y a los gobiernos para que dicten serias políticas públicas de prevención, que hacen falta.
El Instituto Nacional de Salud dice que en Colombia se evidencia una tendencia al alza en muertes por esta causa. El año pasado habrían sido en el país 2.696, 125 casos más con respecto al 2017, es decir un incremento del 4,8%. Los departamentos con mayores tasas de esta situación fueron Arauca (11,79%), Quindío (10,77%) y Vaupés (15,41%). Caldas está muy cerca de estas cifras, igual que Risaralda y en todo caso los tres del Eje Cafetero lideran la tabla de intentos de suicidio en el país, por número de habitantes. Ambos se encuentran por encima de la media nacional, lo que debe generar una preocupación mayor. Si le sumamos que somos una región con altas tasas de personas que presentan trastorno depresivo y también encabezamos las listas de alcoholismo y drogadicción, factores altos de riesgo, el tema debería estar en el primer lugar de preocupaciones en las políticas públicas de salud. Es un asunto del que los candidatos deberían hablar abiertamente, cómo se proponen generar cambios en estas tendencias.
En Manizales solo este año, hasta el 31 de agosto, se presentaron 400 intentos de suicidio, y la ciudad ya viene mal en esta cifra, pues en el 2017 las muertes por esta causa en menores de 45 años aumentaron en 54% con respecto al 2016, según registró el año pasado con preocupación Manizales Cómo Vamos. En el 2018 el total de muertes por esta causa en la capital caldense ascendió a 42. Lo más preocupante, sobre lo que se llama la atención, es que de la cuarta parte de los suicidios en la ciudad no se tiene información sobre su causa y es necesario tener esta para que se pueda actuar con mayor certeza en la aplicación de medidas de prevención, en un tema tan complejo.
Es necesario que las entidades encargadas de vigilancia tengan cifras al día, se pueda compartir información para atender el llamado de personas que lo necesiten. Las universidades, principalmente la de Manizales, han aportado a un sistema de prevención que bien puede ser un ejemplo positivo de cómo afrontar esta problemática. Dejar el estigma sobre este problema es un buen comienzo, pero hay que pasar a la acción y esto requiere muchas veces de una red familiar, laboral o de amigos que ayude, pero también de atención médica. No basta muchas veces con tener con quién hablar, sino que se requiere de la ayuda profesional y con oportunidad.

Sirva pues este día para que hablemos más de este tema, para que sepamos que todos somos vulnerables de caer en las condiciones de riesgo, para que entendamos que el primer paso para solucionar este problema es que si nos sentimos agobiados o con ideas suicidas debemos buscar ayuda, y que el entorno lo tome con la seriedad que debe hacerlo. Los gobernantes deberían también procurar hacer mejor trabajo con la población vulnerable y, difusión para toda la ciudadanía.