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26 mil 590 puestos de trabajo se perdieron en Caldas el año pasado, a causa de la crisis económica y social generada por la pandemia de covid-19, de acuerdo con lo expuesto por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE). Así las cosas, Caldas terminó el 2020 con 76 mil desempleados, lo que representó un aumento de 5,4 puntos porcentuales frente al indicador registrado al cierre del 2019. El desempleo pasó del 11% a 16,4% en un año.

Lo peor es que el empleo femenino fue el más afectado, lo que constituye una ampliación de la brecha de género. De hecho, mientras que la tasa de desocupación masculina fue de 11,9%, la de las mujeres ascendió a casi el doble: 23,3%, lo que también confirma que los efectos de la emergencia sanitaria las han golpeado a ellas con especial contundencia. De hecho, perdieron el año pasado 15 mil 649 empleos llegando a un acumulado de 42 mil 243 desocupadas en Caldas. Si antes de la pandemia teníamos un desequilibrio impresentable, lo que hay actualmente es vergonzoso.

Ahora bien, desde un punto de vista general, según el analista Alejandro Barrera, en materia de desempleo y tasa de ocupación hay un retroceso en la región de unos 17 años en el mercado laboral, lo que habla por sí mismo de la gravedad de lo que está sucediendo (la cifra más alta registrada en la ciudad fue en el 2003, cuando el desempleo alcanzó el 17,7%). Si hay algo que es realmente difícil de recuperar es un empleo perdido, por lo que será necesario que pase un buen espacio de tiempo para que el desempleo se ubique, al menos, en niveles equivalentes a los de antes de la pandemia.

Como era previsible, el sector de actividades artísticas y de entretenimiento mostró el panorama más oscuro, con una caída del 24,3% en empleo, al comparar el final del 2019 con el cierre del 2020. Las actividades inmobiliarias también cayeron en un 20,3% y en el sector de la construcción el descenso fue del 12,8% durante el mismo periodo.Es fundamental que desde las administraciones departamental y municipal, en coordinación con los gremios, se impulsen iniciativas que apunten a recuperar los puestos de trabajo y a generar nuevas plazas, ojalá en el marco de la formalidad.

Si un reciente informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), en el que Manizales aparece con el mejor equilibrio entre empleo y número de muertes por covid-19 tiene bases firmes, ¿qué podremos decir de lo que pasa en otras regiones en las que el desempleo está más alto que en la nuestra? Este estudio (según el cual en Manizales la tasa es de 8 muertes por covid por cada 10 mil habitantes, y la pérdida de empleo fue del 7,5%) corresponde al periodo entre febrero del 2020 y enero del 2021, muy parecido al lapso analizado por el DANE.

Situaciones como las de Tolima, con un desempleo del 21,7%, y del Quindío, con el 21,6%, por ejemplo, son más que preocupantes. Así mismo, debería analizarse el caso de Nariño, que con 9,2% en la tasa de desempleo es el único departamento con indicador de un solo dígito. Es posible que ese ejemplo nos sirva para encontrar fórmulas de recuperación.