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Desde que comenzó el 2021 las noticias positivas para Aerocafé han sido permanentes. Inicialmente, la Unidad de Gestión del Patrimonio de Autónomo publicó en el Secop I los pretérminos de referencia para las actividades de explanación, transporte y disposición de materiales sobrantes, así como la construcción del drenajes en el actual terraplén, por $148 mil 566 millones 143 mil. El 19 de enero salió la licitación definitiva, para ser adjudicada en marzo y con comienzo de obras en abril.
 Al tiempo que la Aeronáutica Civil autorizó la construcción del aeropuerto, se conoció que unas 20 firmas de ingeniería se comenzaron a interesar por la licitación para la explanación y construcción de drenajes de la etapa 1 del proyecto. Este será el primero de los tres contratos que se aspira adjudicar este año y comienzos del 2022 para la construcción de la obra. Si todo sale de acuerdo con los cronogramas, el 14 de abril comenzarán de nuevo los movimientos de tierra en este lugar del municipio de Palestina (Caldas), después de casi 9 años de inactividad.
 Como muestra de que este es un proyecto que ya no tiene reversa y que encontró su rumbo definitivo, el Consejo Superior de Política Fiscal (Confis) avaló esta semana el cierre financiero de Aerocafé, con lo que los recursos que estaban pendientes de la Nación ya tienen vía libre para ser cubiertos con vigencias futuras, y se completa así el paquete total de presupuesto por $531 mil 858 millones. Solo falta la declaratoria de importancia estratégica para la Nación de Aerocafé, para tener el cierre financiero definitivo.
 Está previsto que la obra pueda terminarse en septiembre del 2023, fecha en la que ya estaría la pista, la torre de control y la terminal de pasajeros, calculada para un movimiento anual de 1 millón de personas. Se espera en la región que, contrario a lo que ocurrió a finales de la década pasada, cuando se cometieron varias irregularidades costosas para el Estado, esta vez la existencia del patrimonio autónomo y del encargo fiduciario garanticen la ejecución transparente de los recursos y que el desarrollo de los trabajos no sufra tropiezos de ninguna índole, pues ya está claro que desde el punto de vista técnico el proyecto tiene la viabilidad y los avales necesarios.
 Todo esto quiere decir que ya es un hecho que Aerocafé se reactiva, justo en un momento en el que la región y el país necesitan iniciativas con un impacto económico que se refleje en empleos nuevos y en la generación de polos de desarrollo que, en este caso, no solo tendrá repercusiones positivas para Caldas, sino para el Eje Cafetero y buena parte del occidente del país.
Es justo reconocer el empeño casi obsesivo del presidente Iván Duque para sacar adelante este proyecto, una voluntad política que hizo falta en años pasados. Mucho le deberá la región a este gobierno, y a los mandatarios locales que con el liderazgo del gobernador Luis Carlos Velásquez y el apoyo decidido de la fuerza parlamentaria, en especial del senador Carlos Felipe Mejía, tienen al aeropuerto en un punto de no retorno que espera con ansiedad que arranquen las obras.