El empate con Nacional era negocio, y se logró. Entre ambos hay diferencias, ellos tienen equipo, jugadores, respaldo directivo, y proyecto; Once Caldas intenta armar plantel con una base discreta, sin grandes alternativas, y con carencia de ideas ofensivas.

Cuatro puntos de nueve, disputados tres juegos, dos por fuera, no es lo deseado, pero cuenta, y aumentará valor en la medida que gane en Palogrande, y esta noche será contra Equidad, que viene de vencer a Santa fe por la mínima, y empatar sin goles con Envigado y Jaguares.

Aparentemente, el mismo esquema tradicional de Alexis García, con el que traba, enreda, y complica por su aplicación, y del que tantas veces ha sido víctima Once Caldas, que antes lo tenía como la bestia negra, sacudiéndose un poco en los últimos tiempos.

Sobre las inquietudes respecto a la calidad de la nómina, que son reales, tratando de resaltar lo positivo, y sin que aún alcance el tope, el conjunto observó, igual que frente a Águilas, trabajo, repeticiones, entendimiento, y aceptación de las prédicas desde el banco.

Prioritario encontrar la titular, empezando por los centrales, distintos en cada presentación, y con más ganas que técnica, requiriéndose pausa, liderazgo, categoría, seguridad, control y aplomo. Cardona-Riquet son aparatosos, reventadores, juntos crean un corto circuito.

Palacios-Murillo parecieran la opción, sin lujos, haciendo la sencilla. Capítulo aparte merece James Aguirre. Frente a Chicó, una parada sensacional a cabezazo del manizaleño Castaño al cierre, y ante Nacional, con su brazo izquierdo frenó remate de Aguirre al 73, que salvó el empate. Hasta ahora, arquero "sacapuntos".

Mauricio Castaño, el lateral izquierdo, reprueba, ni atacando, ni atrás, muy tímido. Por sus antecedentes, tiene con qué dar más para que no concluya en decepción. O levanta, o va sufrir, y ahí está Patiño. Esa posición sigue siendo un dolor de cabeza.

Por el otro lado, el desordenado Juan David Cuesta le pone corazón, ardentía, lucha, dejando demasiados espacios libres por su tendencia a cruzarse en diagonal, y en ocasiones queda expuesta su espalda, y el terreno baldío para que el rival lo explote.

Ha sorprendido Mateo García como volante de dos áreas, va y viene. En el Atanasio lo pusieron al lado de Rojas en un doble cinco, y contra Águilas unos metros por delante, y destacó por técnica, marca, y salida, dando equilibrio al equipo.

Está por encima, inclusive, de Iván Rojas, titular indiscutido de Herrera, y quien también ha crecido. Con Mateo, y el aporte de Beltrán, están montando un bloque contundente, algo inexperto, que algunos llaman tridente. El manizaleño es ese 10 por formar, detallando sus virtudes, sabe filtrar, retroceder para iniciar juego desde primera zona y caer a posición ofensiva. De El dependerá entender el compromiso, y aprovechar la oportunidad.

Además, con Alejandro García pueden pasar a un cuarteto sólido en esta incompleta formación de Once Caldas. Viendo a Gustavo Torres, Santiago Mera, y todos los que potencialmente pueden usar por los extremos, Alejo debe ser el inicialista.

Y arriba Dayro, héroe cuando marca, uno de los mejores cobradores de penalti en el fútbol mundial, llegó a 219, se puso a cinco del récord de Galván Rey, y acorta el tiempo para convertirse en el máximo artillero del FPC.

Es lo que hay, con el agregado del trabajo del ‘arriero’ y sus colaboradores, que da pincelazos, y que puede quedarse corto por materia prima. El mal se causó, los refuerzos no son lo suficientemente buenos, y en esa camada de jóvenes, y en las alternativas de juego, se centra ahora la expectativa. Ojalá alcance.

Hasta la próxima...