El desarrollo vial regional es fundamental para la integración del país y, sobre todo, para facilitar la movilidad de comunidades del rural disperso que por años han sufrido las vicisitudes de caminos en trocha en los que escasea la inversión. 
Como arquitecto y gobernante siempre he entendido la relación directa que existe entre pobreza, ruralidad y aislamiento vial y soy consciente de que uno de los grandes retos del Estado es precisamente cerrar estas brechas y mejorar las condiciones de vida quienes habitan zonas alejadas de los centros urbanos. 
Las carreteras secundarias y terciarias ocupan el 70% de los territorios departamentales, estas, en óptimas condiciones, aportan a una mejor calidad de vida individual y colectiva, al transporte, a la prestación de servicios, a una mayor y mejor competitividad comercial y al progreso regional y local. 
En inventarios y Planes de Desarrollo Departamental y Municipales identificamos los corredores de integración local y canalizamos la inversión hacia áreas geográficas específicas y proyectos prioritarios. Entendimos que la planificación vial requiere una visión a largo plazo, más allá del periodo de los gobernadores y alcaldes.
Hay que reconocer que en los últimos años el Gobierno Nacional ha destinado recursos provenientes del Ministerio del Transporte, del Instituto Nacional de Vías - INVÍAS, del Sistema General de Regalías y del Plan Vial Regional para la financiación de varias obras, contribuyendo a esa integración de los corredores viales regionales que como gobernantes consideramos esenciales. En el caso de Caldas, fueron por un billón de pesos entre el 2020 y el 2023, una cifra sin precedentes en el departamento y que impactó al 90% de los municipios.
Este billón de pesos representa más del 70% de recursos invertidos comparado con los tres gobiernos que me antecedieron, cuyos presupuestos -en cada cuatrienio- no superaron los 390.000 millones de pesos. 
Entre las principales obras en las que avanzamos en esta Administración están las que dan acceso al Aeropuerto del Café, recursos por 181.000 millones de pesos provenientes del INVÍAS y del Sistema General de Regalías para el puente entre Cartagena–Palestina y la carretera La Manuela - Aerocafé, vías que conectarán el terminal aéreo con Pacífico III y Autopistas del Café. 
Otras de las grandes inversiones hacen parte de las iniciativas de integración con Antioquia, a través de la RAP del Agua y la Montaña. Ejecutamos trabajos por 346.000 millones en ambos departamentos (convenios 2041-2021 y 1720-2021). 
Ya licitamos 230.000 millones de pesos para las Vías de Renacimiento: Sonsón – Nariño – Samaná – Norcasia - La Dorada. También están en proyecto de licitación 52.000 millones de pesos para Supía - Caramanta; mientras que en el corredor Riosucio - Jardín tenemos en ejecución 33.000 millones de pesos.  Las Gobernaciones de Antioquia y Caldas aportamos, además, 70.000 millones de pesos de recursos propios.
Cabe destacar también proyectos como el Tren de Occidente o del Café, que conectará el Urabá antioqueño con La Pintada y el Kilómetro 41 (Corredor Logístico y Agroindustrial de Occidente) y la navegabilidad del río Magdalena, proyecto que se encuentra ya radicado en el Ministerio de Transporte. 
Debo destacar que el Norte no fue ajeno al mejoramiento del mapa vial regional, allí estamos invirtiendo 113.000 millones de pesos: En Neira 20.339 millones; en Pacora 27.253; en Aránzazu 6.891; en Salamina 39.520 millones, incluida las obras de la vía Salamina-Pacora, que tendrá una destinación de 25.000 millones y se encuentra en proceso de adjudicación.  
Por supuesto, también llegamos a Aguadas, para el que destinamos 36.255 millones; allí dejaremos en proceso de ejecución el puente de Arma - La María por 28.000 millones de pesos.
Adicionalmente, están los 10.997 para Varsovia - Filadelfia, conectando Norte – Occidente, y la obra de conexión de Tres Puertas con Santágueda, para la que destinamos 25.000 millones de pesos.
Cierro este círculo de inversiones viales con las obras que incluyen a nuestra querida capital. Para conectar a Manizales con Neira invertimos 4.100 millones en el tramo Los Cedros - Puerta del Sol; también, para la recuperación del mapa vial por fenómenos climáticos, en especial por el invierno, destinamos 20.000 millones de pesos para esta misma vía. 
No puedo dejar por fuera de este listado que me llena de esperanza las intervenciones que se harán en los tres puntos más críticos de nuestro departamento: El Brillante en Pácora, Buena Vista en Manzanares y Lavaderos en Filadelfia. Estas obras están en proceso de contratación y para su ejecución se invertirán 7.000 millones de pesos aproximadamente. 
En materia de vías, pese a estos importantísimos avances, queda mucho por hacer. Por eso considero que para la planeación de proyectos con el Plan Vial Regional se requiere una mayor coordinación entre las administraciones municipales y departamentales, y que el INVAS reglamente el uso de algunos materiales. 
Las tecnologías de la construcción han avanzado y es oportuno utilizar más la mezcla asfáltica compuesta de arenas finas y asfalto natural, conocida como mapia, flexibilizar el acceso y uso de las canteras que -por falta de claridad ambiental- es difícil utilizarlas y estas, sin duda, aportan a la reducción de costos.
Cada cambio con miras al futuro, a la eficiencia financiera y de materiales, hará más expedito el camino para que cada gobernante en su territorio siga apostándole al desarrollo vial, una materia en la que nunca faltarán las tareas y en la que Caldas no cesa de trabajar para estar al orden del día.