Resulta amplio el número de indicadores que podrían analizarse para encontrar respuestas al título de esta columna. Pero si nos atenemos a las principales variables de la economía, esas que los estudiosos llaman “los fundamentales de la economía”, conviene echar una mirada a 6 de ellas, para unas mejores reflexiones. Comencemos:
1) PIB. La economía colombiana decreció en 2020 (pandemia) el 6,8%, mientras que, por efecto rebote, en 2021 creció 10,6% y en 2022 el 7,5%; y este año crecerá, si acaso, no más del 2%. Por ello es pertinente afirmar que el PIB no ha sufrido un impacto considerable, tanto como se esperaba, por cuenta de la inversión y el consumo doméstico. Pero si analizamos el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), elaborado por el DANE, este ya empieza a marcar en terreno negativo, por lo que no se descarta que los últimos dos trimestres del año la economía decrezca.
2) Desempleo. Sin duda es altamente significativo para la economía que este indicador hubiese retornado a “un dígito” (es decir menor del 10%). Para junio de 2023 fue 9,3%. Pero la tasa de desempleo es un indicador rezagado del estado de la economía. Lo que vemos hoy (desestacionalizado) es resultado de lo que ocurrió en materia de producción, más o menos, hace 6 meses. No sería extraño que el desempleo haga valle en estos meses y vuelva a subir.
3) Inflación. Todo parece indicar, aunque con demasiada lentitud, que por fin la inflación empezó a ceder. Hoy se sitúa en 11,78% y se espera que para diciembre tengamos inflación de “un dígito”. Aunque, valga decirlo, somos el tercer país de la región, solo por detrás de Venezuela y Argentina, con el dato más alto. Las economías importantes (Brasil, México y Chile) ya están próximas a alcanzar los valores objetivo de sus bancos centrales, si no es que ya los alcanzaron, como en el caso brasileño.
4) Exportaciones y Remesas. A mayo de 2023 las exportaciones alcanzaron U$20.633 millones, frente a U$22.914 millones del mismo período del 2022, lo que hace prever una leve disminución para el 2023, aunque no representaría una caída drástica. Y de otro lado, en todo el año 2022 ingresaron a Colombia U$9.828 millones de remesas. Este año, a junio, han ingresado U$4.873 millones, lo que hace suponer que 2023 marcará cifra récord.
5) Dólar. Ya lo dijimos en la columna anterior: Si el dólar hubiera seguido la misma tendencia de los cuatro países referentes de América Latina (Perú, Chile, México y Brasil) desde la elección de Petro, hoy valdría $3.600. Actualmente ronda los $4.000 y nadie tiene la última palabra sobre el futuro de la divisa.
En conclusión, si miramos desprevenidamente algunos “fundamentales de la economía”, en términos generales, nos encontramos con las dos caras de la moneda. De una parte, unos indicadores aparentemente positivos: desempleo e inflación de un dígito, exportaciones estables, remesas al alza y dólar “estable”. Pero por otra parte, también es bueno imaginarnos qué hubiera sido de la economía con verdaderos incentivos a la actividad empresarial, verbigracia a la actividad minero-energética (ni hablar de los resultados de Ecopetrol cuyas utilidades cayeron 42% en el primer semestre y, naturalmente, el precio de su acción). Seguramente el crecimiento sería mayor, el desempleo menor, la inflación sin duda más baja (ni hablar del dólar) y la balanza comercial más superavitaria.
Pero, definitivamente, la nota negativa la obtiene el clima de los negocios y las inciertas expectativas para los inversionistas, conjugadas con la inseguridad que se apodera de todas las ciudades del país, bloqueos a carreteras, asaltos a transportadores y en general el fortalecimiento de los actores armados.