Cada año, el DANE publica los resultados sobre las estadísticas vitales en los diversos territorios del país; cuando miramos las cifras sobre el número de personas que nacen y mueren en Manizales a través de los años, se vislumbran cambios significativos para los últimos 20 años.    

En el 2003, la tasa de natalidad se situaba en 13,6 por cada mil habitantes, un reflejo de la vitalidad y la fecundidad de la población. Sin embargo, este indicador ha mostrado una tendencia a la baja a lo largo de los años, alcanzando su punto más bajo en 2023 con una tasa de 5,3. Este descenso podría estar explicado por cambios en las dinámicas familiares, acceso a la educación sexual y reproductiva, así como el impacto de la urbanización, la educación superior y la economía en la planificación familiar.

En contraste, la tasa de mortalidad ha experimentado cambios menos marcados, manteniéndose relativamente estable a través de los años. Aunque ha habido algunos altos y bajos, desde el 2003 hasta el 2023, la tasa de mortalidad ha variado entre 5,2 y 7,9 por cada mil habitantes. Esta tendencia estable puede estar influenciada por mejoras en la atención médica, avances en la medicina preventiva y cambios en los estilos de vida de la población.

Ahora bien, ¿qué nos dicen estas cifras? - Más allá de ser simples indicadores estadísticos, estas tasas nos hablan sobre la configuración misma de la sociedad y la calidad de vida existente en la ciudad. Nos invitan a considerar como están evolucionando las estructuras familiares, cómo se están abordando los desafíos de salud pública y qué implicaciones tienen estos cambios en el futuro del territorio.

Es notable que la disminución en la tasa de natalidad plantea interrogantes sobre el equilibrio demográfico y los recursos disponibles para satisfacer las necesidades de una población en constante transformación. ¿Estamos preparados para enfrentar los desafíos que conlleva una población envejecida y una disminución en la fuerza laboral activa? ¿Qué políticas y programas se necesitan para apoyar a las familias y fomentar un crecimiento saludable de la población?

Por otro lado, la estabilidad en la tasa de mortalidad nos brinda cierto grado de seguridad en cuanto a la atención médica y los sistemas de salud en Manizales. Sin embargo, también nos recuerda la importancia de continuar invirtiendo en la prevención de enfermedades y la promoción de estilos de vida saludables. ¿Cómo podemos garantizar que la población del territorio tenga acceso a una atención médica de calidad y a programas de salud preventiva?

Estos datos nos desafían sobre el camino que estamos recorriendo como sociedad y también son una base para realizar intervenciones activas sobre los cambios demográficos y de salud que se avecinan. La historia de Manizales, escrita en cifras, nos invita a trabajar juntos para construir un futuro más saludable, equitativo y próspero para todos.