Estimado Juan José.
La semana pasada, con motivo de las festividades que se llevaron a cabo para celebrar el cumpleaños de la ciudad de Manizales, se realizó la temporada número veinticuatro de lo que en sus inicios se conoció Como la “Feria del Novillero Toros y Ciudad de Manizales” y que con el tiempo, así como fue ganado prestigio y seguidores fue perdiendo palabras en su denominación para ser conocida hoy, sencillamente, como Toros y Ciudad.
Para quienes no tienen noticia de cómo llegó esta actividad taurina a la ciudad de Manizales, que entre otras está ad portas de cumplir sus Bodas de Plata, les contamos que esta Feria, inicialmente de novilladas, se creó cuando a Cormanizales, dirigida por esas calendas por don William Ruiz Sanz, llegó espontáneamente un triunvirato de aficionados, dos oriundos de la ciudad de las puertas abiertas y un tercero acabado de desempacar, de raíces manizalitas y auto trasplantado a la ciudad por voluntad del hijo de Venus y Marte.
La idea que se le lanzó al señor Ruiz y que por razones de tipo económico resultaba bastante descabellada para el momento, era programar una temporada de novilladas de modo que se dieran oportunidades a las nóveles promesas de la torería nacional, quienes por esos días muy pocas opciones tenían de presentarse en plazas y ante públicos de primera categoría. Es así como con la simple y llana propuesta de dar novilladas “a como diera lugar”, pero sin un programa estructurado ni de la financiación, ni de la parte logística y menos organizacional del evento, se presentaron nuestros tres aprendices de quijotes ante el doctor William para quien lo mas sencillo, fácil y natural hubiese sido devolverlos a sus casas con cajas destempladas.
Pero para sorpresa inclusive de ellos mismos, la respuesta del señor Ruiz fue bien otra, dado que este caballero no solo era, sino que continúa siendo, un prudente pero eficiente, efectivo e inteligente administrador y un hombre que sabía que apostarle al futuro de la Fiesta Brava era el camino para mantener a la ciudad en boca del mundo como capital de la Fiesta Taurina en Colombia y en el continente americano. Y fue así como don William puso a disposición del triunvirato de soñadores tanto la Plaza de Toros como la ayuda y colaboración de la empresa Cormanizales, que era la que dirigía los destinos de la temporada grande, vale decir de la Feria de Manizales.
Se pudieron entonces aplicar los principios fundamentales que soñaron nuestros idealistas de marras, vale decir las columnas de Calímaco que soportarían estas festividades táuricas y que si bien en materia taurina se les daba el calificativo de “Menores”, con el paso del tiempo se convirtieron, para la ciudad, en “Mayores”, ya que gracias a ellas se ofreció distracción y entretenimiento a quince mil personas diariamente durante los tres días del último puente del mes de octubre de cada año, moviendo la economía tanto formal como informal de la ciudad en niveles que la gente ni se imagina.
¿Y qué se buscaba con la Feria del Novillero Toros y Ciudad de Manizales, o mejor cuáles fueron las razones fundamentales, o columnas de Calímaco para hacer el esfuerzo de crearla, protegerla y conservarla? Fundamentalmente se buscaba apoyar a los jóvenes que empezaban en esta difícil carrera de la tauromaquia, dándoles oportunidades de actuar ante públicos entendidos que valorarían con más seriedad sus condiciones, amén de promocionar la Fiesta Brava tanto en la ciudad que hizo las Ferias en América, como en Colombia. Se buscó igualmente presentarle a la sociedad manizaleña espectáculos que les permitieran acceder gratuitamente a una sana diversión, en una ciudad que a decir verdad por esas calendas poco divertimento ofrecía al pueblo y a sus familias y menos gratuitamente. Y hablo de familias porque siempre se propendió porque los padres fuesen a los toros con sus señoras e hijos, que se tratase de un plan familiar y no de una actividad de hombres solos, como a veces sucede en los espectáculos mayores. Y finalmente se buscaba sembrar afición. Será la historia la que tenga la última palabra en dictaminar si lo que pretendieron sus creadores se ha venido logrando o no. Recibe un abrazo de tu amigo El Fraile.
Añadido: El triunvirato de quijotes manejó esta feria durante diez años, cuando le entregó su organización a Cormanizales, que es quien hoy, con lujo de detalles, ha continuado esta titánica gestión.