Estimado Juan José.
Por un lado, la permanente persecución legislativa de que viene siendo víctima la Fiesta Brava en Colombia, acoso este que ha estado a cargo de algunos congresistas de la llamada bancada animalista (nombre que les cae de perlas, pues está compuesta en su gran mayoría por personajes que hacen honor, en el estricto sentido de la palabra, al nombre con el cual se identifica su bancada), y por otro, la valerosa y compleja defensa que de sus libertades y derechos han hecho los taurinos ante tan aleves ataques ha causado una enorme confusión en mucha gente que no sabe en qué condiciones, frente a la ley, se encuentra hoy la Fiesta de los Toros. Y es natural que así suceda pues el mundo del toro no es ajeno a lo que se está viviendo en el país: permanentes arremetidas y ataques en contra de las instituciones y de las actividades lícitas y productivas, tanto privadas como institucionales, lo que viene generando una situación de incertidumbre y temor.
Entremos entonces en materia y aclaremos el tema que nos ocupa. En este momento en el país la Fiesta de Toros es un espectáculo lícito, reglado y protegido por la normatividad vigente; que si bien está siendo perseguido por algunos empleados públicos de periodo, todos ellos toscamente ideologizados que han tratado de torpedearlo e impedirlo ilegalmente a través de actos intimidatorios para con aquellos funcionarios que osen “permitir lo permitido”, sigue vivita y coleando y mantiene su programación con todo tipo de espectáculos en diversos puntos de nuestra geografía, donde los regentes no se dejan amedrentar o en aquellos en los cuales comulgan y gustan del mundo de los toros. Esta represión subterránea es verdad que ha causado daño a la Fiesta, pero también lo es el hecho que ha sido enfrentada con altura, dignidad y entereza y que cada día pierde más espacios. En lo que al tema legislativo se refiere, estamos ad portas de un cuarto y último debate en la Cámara de Representantes de un proyecto de ley, presentado por la senadora del Pacto Histórico Esmeralda Hernández, en el cual se pretenden prohibir todas las actividades que hoy se realizan con reses de casta, vale decir corridas, novilladas, rejoneo, tientas y sueltas de toros y vacas (léase entre líneas corralejas).
De aprobarse este proyecto que busca violar los derechos de una minoría, lo que ya “per se” se constituye un hecho de la mayor gravedad, es importante que la opinión pública sepa que el daño, tanto moral como económico que se le infringe a un notable grupo de ciudadanos es de marca mayor, pero que no solo a los taurinos se ofende con esta prohibición, sino que en la colada caerán todos los compatriotas que indirectamente derivan su sustento de la Fiesta Brava, como por ejemplo comerciantes de todo tipo de artículos y comestibles que componen lo que Vargas Llosa se dio en llamar la economía informal, así como toda la cadena turística comprendida dentro de la economía formal de ciudades y pueblos en los cuales se dan espectáculos taurinos, y las gentes campesinas que viven de esta actividad ganadera, que no son pocas familias, que entrarán a engrosar el nutrido grupo de los desempleados y empobrecidos deberán continuar su lucha por la supervivencia. Y ni qué decir de la pérdida total de una raza, la del toro de casta. Si la corrida desaparece la estirpe del toro bravo también se esfumará en la bruma del recuerdo.
Y al mismo tiempo y en pie de lucha tenemos también a los taurinos, aguerridos y decididos a no perder la batalla y menos la guerra, pero siempre del lado de la ley y de las instituciones, trabajando para dar cumplimiento a una sentencia de la Corte Constitucional en la que, respetando la existencia de la Fiesta, ordena morigerar algunos momentos de la corrida, vale decir que insta a los taurinos a bajarle intensidad a aquellos pasajes del espectáculo que incomodan a cierto sector de la sociedad. Este proceso se está materializando a través de un proyecto de ley que está ad portas de ser presentado al Congreso por los representantes a la Cámara Ana Rogelia Monsalve y Cristian Garcés. Recibe un abrazo de tu amigo El Fraile.
Añadido: En la autopista conserve su derecha; izquierda solo, momentáneamente, para rebasar.