Las muertes violentas causadas a John F. Kennedy (presidente de Estados Unidos de América), a Álvaro Gómez Hurtado (estadista y político), a Luis Carlos Galán (candidato presidencial) y a Guillermo Cano (director de El Espectador) son ‘magnicidios’, pues fueron ellos personajes insignes y de relevancia excepcional en la sociedad a la que pertenecieron. Tuvo que estar muy distraído el doctor Gonzalo Duque Escobar al momento de redactar lo siguiente y darle ese calificativo a un ‘conflicto’:   “...donde se contempla una tregua de seis semanas en un conflicto cuyo magnicidio no se puede justificar...” (LA PATRIA, Conflicto en Medio Oriente, 25/3/2024). Quiso expresar, seguramente, ‘cuya magnitud’. Aunque los dos sustantivos vienen del adjetivo latino ‘magnus’ (‘grande’), el segundo elemento etimológico de ‘magnicidio’ los hace muy diferentes: éste es el verbo latino ‘cædere’ (‘cortar, golpear, separar, matar’), cuyo pretérito es ‘cecidi’. Con este segundo elemento se forman en castellano algunas palabras que significan ‘muerte dada a...’: ‘regicidio’ (de ‘rex-regis’, rey); ‘tiranicidio’ (de ‘tyrannus-i’, tirano); ‘uxoricidio’ (de ‘uxor-oris’, esposa); ‘homicidio’ (de ‘homo-hominis’, hombre); ‘fratricidio’ (de ‘frater-tris’, hermano); ‘parricidio’ (de ‘parricidium-ii’, muerte dada a un pariente); ‘filicidio’ (de ‘filius-ii’, hijo), y el neologismo ‘feminicidio’ (de ‘femina-æ’, mujer). Hay que notar que todos los nombres de los causantes de estas muertes terminan en ‘a’ (homicida, regicida, filicida, uxoricida, etc.), no importa que sean hombres o mujeres, objetos incluso (‘daga homicida’). No faltará quien quiera imponer ‘homicido’, por ejemplo, y, peor aún, ‘homicide’. 

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Sinónimos del verbo ‘matar’ (‘quitar la vida’) son ‘sacrificar, asesinar, ejecutar, eliminar’ y muchos otros, todos transitivos, pero no ‘morir’, significación que le dio la columnista María Leonor Velásquez Arango en esta observación: “La Semana Santa es un tiempo para morir al viejo hombre, a la vieja mujer” (LA PATRIA, 27/3/2024). “...para darle muerte al hombre viejo...” o “...cortarle la hebra de la vida...”, sin el verbo ‘morir’ (‘dejar de vivir, de existir’), porque es intransitivo (no admite complemento directo, como en la frase glosada) y pronominal (‘se murió del susto’). Cuando la muerte es ‘recibida’, causada por un accidente, por la furia de la naturaleza o por diferentes causas violentas, no se usa la forma pronominal, por ejemplo, ‘murió en la asonada’. En los demás casos son aceptables las dos formas: ‘morir de amor’ o ‘morirse de amor. 

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Con el adjetivo ‘ex’ (preposición latina) –llamado hoy ‘prefijo autónomo de valor adjetivo’– se califica ‘lo que fue y ha dejado de serlo’, verbigracia, ‘ex cónsul, ex discípulo’*. Pero tiene sus condiciones. Con las siguientes palabras concluyó su artículo sobre Eduardo Santos el columnista Víctor Manuel Ruiz: “...un boyacense agradecido y admirador de uno de los más grandes expresidentes de Colombia” (El Tiempo, 28/3/2024). Castizamente, “...uno de los más grandes presidentes de Colombia”, porque al título de los gobernantes muertos no se les debe anteponer ese adjetivo, como tampoco a los cónyuges separados y ya fallecidos. *Actualmente, la Academia de la Lengua enseña que, para ella, este ‘prefijo’ debe escribirse, como todos los prefijos, unido a la palabra que afecta (‘exministro’), aunque admite la forma tradicional, y, también, separado por un guion (Nueva gramática de la lengua española, 10.4g). Pero enseña también que, si esa palabra es compuesta, debe escribirse separado (‘ex primer ministro’). Lo que no se puede hacer con ningún prefijo regular (‘exhumar’). ¿Entonces? Y no es preposición, aunque en latín lo sea, porque no introduce complemento alguno, sino que ‘califica’, oficio propio de los adjetivos calificativos. 

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El verbo ‘botar’ (del germánico ‘botan’ –‘golpear’), que significa “arrojar, tirar, echa fuera a alguien o algo”, no puede ser reemplazado por ‘votar’, como lo hizo la columnista Clara Inés Chaves, quizás descuidadamente, en esta afirmación: “...y los adelantos que ha logrado el Presidente Biden en el escenario internacional se verían votados a la basura” (Eje 21, 28/3/2024). Significa también “hacer entrar en el agua un barco después de construido”. Sinónimos, ‘saltar, rebotar,  levantarse, resaltar, surtir’. Y ‘votar’ (del latín ‘votare’ -‘dedicar, consagrar’) quiere decir “dar una persona su voto o decir su dictamen en una reunión o cuerpo deliberante, o en una elección de personas”. Los dos, inconfundibles.