En algo más de un mes y medio que lleva como presidente Gustavo Petro ha tenido que atender dos incapacidades por problemas de salud, ha lanzado permanentemente propuestas, muchas de ellas sin mayor estudio y análisis, lo que está preocupando enormemente a una gran parte de la población.  Igualmente, presentó ante el Congreso la reforma tributaria con mensaje de urgencia para su estudio, lo que quiere decir que se abrevian los plazos y términos establecidos para su debate y hace pocos días entrego las reformas al régimen político y  agraria.
La sola reforma tributaria merece un amplio análisis, no sólo por el Congreso sino también de la comunidad, pero el presidente con el cúmulo de propuestas no ha dejado que se  surta el debido debate.  En medio del proceso está manejando la  propuesta de la paz total, en la que quiere llegar a un acuerdo con los 37 grupos que están al margen de la ley,  que hacen presencia activa en todo el país y que está conformado por guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y delincuentes comunes.  Pero lo está haciendo sin una propuesta clara y seria  sobre cómo va a ser la negociación, y sobre todo cuáles van a ser las exigencias a estos grupos para que vuelvan a la sociedad y se comprometan a no seguir delinquiendo.
En medio de este panorama planteó dos propuestas que piensa presentar el año entrante, totalmente controversiales, que son las reformas a la salud y al sistema pensional, con lo que también ha generado mucho ruido.  No me queda ninguna duda de que la estrategia del presidente es la de generar una alta discusión, procurando con éstoque la comunidad pierda el foco y no tenga claro cuál estudiar y analizar, para mientras tanto con sus mayorías en el Congreso lograr sus objetivos.
Igualmente, la comunidad está muy preocupada con la propuesta de la ministra de salud Carolina Corcho de acabar con las EPS.  Todo apunta a que la va a sacar adelante y la estrategia es muy sencilla. Como son muchas las EPS que están siendo vigiladas y otras tantas que están intervenidas, lo que va a hacer la ministra es liquidarlas y generar un caos total en la prestación del servicio de salud, por lo que le va a quedar supremamente fácil que el año entrante el Congreso le apruebe que volvamos  al sistema de salud similar al que teníamos a principios de los años 90, el cual era prestado por una entidad estatal, lo que fue un fracaso total.
Con respecto a la ley a la reforma al sistema pensional, tampoco se tiene muy claro de dónde van a salir los recursos para su aplicación y todo apunta a que la tabla de salvación para el gobierno va a ser tomar la plata de los fondos privados. Con esto pretende darle solución al problema de los recursos que requiere para esta reforma durante su mandato y dejará a los presidentes que se defiendan como puedan para atender el pago de las mesadas pensionales de los colombianos.
Todo esto está sucediendo en medio de un reclamo popular  a nivel nacional debido a la inflación que estamos teniendo, al aumento exagerado en las tarifas de servicio de energía eléctrica y a la implementación del aumento en el valor de la gasolina.  Igualmente, se está presentando un caos en el control del orden público. Hace pocos días tres CAI en Bogotá fueron atacados e incendiados sin que nadie los protegiera y sobre todo sin quien defendiera a los policías que estaban dentro de ellos. Afortunadamente no se presentaron lesiones personales.
Pero hay algo más delicado aún y son las invasiones de tierras denominadas “Gustavo Petro” que se presentan a lo largo y ancho del país sin que el gobierno tome acción para proteger a los propietarios. La Policia  y el Ejército están encerrados en los cuarteles y batallones y no están interesados  en salir a las calles  para proteger a la sociedad.  Le tienen pavor a que por cualquier acción que realicen en defensa de la comunidad los retiren de su cargo y pierdan toda su trayectoria al servicio del país.  En medio de este panorama los finqueros y propietarios de tierras no se están quedando quietos.  Sin lugar a dudas estamos viviendo en medio de un polvorín que puede estallar en cualquier momento.