Baldomero Sanín Cano, una de las mentes más brillantes del siglo XX, fue escritor, traductor, periodista, pero, sobre todo, siempre fue un educador. A pesar de que su nombre y sus obras hoy quedan relegadas al ostracismo por el paso del tiempo, fue un referente en los momentos en que Colombia vivía los tumultuosos años de la violencia bipartidista que Alfredo Molano con tanto tino llamó “Los años del Tropel”, porque siempre, en medio de la barbarie y pérdida de la razón que es una guerra, la inteligencia, las letras y las voces brillan para que la humanidad vuelva al curso de la dignidad humana; Sanín Cano brilló en ese oscuro momento de la historia de Colombia.
En Manizales, ciudad reconocida por su vocación educadora, uno de sus colegios más representativos lleva el nombre de Baldomero Sanín Cano, el tan reconocido Instituto Nacional de Educación Media, INEM. Los INEM fueron una apuesta por brindar educación pública de calidad que preparara a sus estudiantes de manera integral y especializada para el mundo laboral y universitario y se convirtieron en ejemplo de formación técnica y académica, y en Manizales no fue la excepción.
El INEM Baldomero Sanín Cano por muchos años fue un colegio referente en la ciudad por la calidad de sus talleres, laboratorios, instalaciones deportivas y su alta formación académica; estudiantes de toda la ciudad deseaban estudiar en sus aulas, pero la ley general de educación de 1994 les quitó el carácter de colegio nacional a los INEM y con él se fue la financiación directa del Ministerio de Educación Nacional. Desde ese momento, pasó a la administración de las secretarías de educación, primero a la de Caldas y, posteriormente, una vez fue certificada, a la de Manizales.
Pero la institución que fue un referente educativo para Manizales, poco a poco fue cayendo en el abandono, sus canchas se fueron llenando de grietas y de pastos, caminar por sus alrededores era sinónimo de inseguridad, cada año menos estudiantes llegaban a estudiar allí, sus edificios comenzaron a ser usados por otras instituciones, cada día se escuchaban menos por sus pasillos las risas de los juegos de sus estudiantes, cada día había menos literatura, menos química, menos matemáticas en sus aulas, hasta el día que se silenciaron sus talleres, se clausuraron sus laboratorios y los estudiantes no regresaron a sus grandes instalaciones junto a la Avenida Paralela.
Las personas responsables por el deterioro y abandono del INEM son muchas, es muy fácil y útil señalar a un alcalde Carlos Mario Marín que lleva dos años y medio en el cargo de todos sus males, la falta de mantenimiento y solución de problemas tan apremiantes como el colapso del sistema hidráulico es fundamentalmente responsabilidad de los ocupantes de la oficina de la rectoría, sus silencios, falta de gestión o su incapacidad administrativa por más de veinte años tienen al borde del cierre al INEM, son los rectores, coordinadores y consejos directivos los culpables del fracaso del proyecto educativo del INEM. Lo más triste de todo es que la tragedia de los males del INEM ha sido usada con fines políticos por parte de algunos directivos sindicales que, poco o nada, han aportado a las soluciones de fondo a la problemática de su estado actual.
La recuperación del INEM Baldomero Sanín Cano es una urgencia para Manizales; para ello se necesitan varios miles de millones de pesos, pero, sobre todo, se necesita voluntad política, deponer los egos y trabajar juntos para salvarlo. Es necesario reconocer que acoger el apoyo de instituciones como la Universidad de Caldas, el SENA, Confa, la Universidad Nacional, entre otras, hace parte de la solución del problema. Es de reconocer que la alcaldía actual ha propuesto el proyecto del Laboratorio de Innovación Educativa que dinamizará no solo al INEM, sino a toda su zona de influencia alrededor de la educación.
Es importante buscar los fondos para la recuperación de las instalaciones físicas del INEM con la anuencia de la Alcaldía de Manizales, del Ministerio de Educación, del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa, del Fondo Nacional de Regalías y cooperación internacional o recursos de responsabilidad social empresarial; pero es más importante recuperar el tan perdido proyecto educativo. Para ello es fundamental que directivos y docentes piensen en lo pedagógico y en un proyecto con alta calidad académica, que un sindicato sea crítico y propositivo sin intereses en réditos electorales y que la ciudadanía activa sea escuchada por la administración municipal. Todo esto es necesario para que el INEM deje de ser un cúmulo de dolores para el profesor Baldomero Sanín Cano, quien con honor prestó su nombre a tan importante institución.
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