Últimamente, ante los triunfos de Trump, del No al Acuerdo de Paz, del Brexit, cada vez sospecho con más fuerza que la democracia republicana, basada en la separación de poderes -el judicial, el legislativo y el ejecutivo-, en la libertad individual y en el voto del ciudadano, la democracia, tal como la hemos conocido por siglos, puede estar en peligro.
Las causas pueden ser muchas y variadas: la corrupción del sistema es una de ellas: cada vez aparecen más relaciones de negocios entre los políticos con los recursos del Estado, por ejemplo.
La segunda causa del peligro de la democracia se encuentra, al parecer, en el abuso de la democracia. Por abuso de la democracia entiendo el someter a plebiscito o referendo muchas decisiones de trascendencia. Hay autores que demuestran como en los plebiscitos se vota, en primer lugar, para castigar o premiar a los líderes, y en segundo lugar, se vota para canalizar la rabia, la furia de la sociedad en su momento. No se vota pensando en el futuro, en la conveniencia o no de lo que se somete a consideración, sino que se piensa en el pasado, en el castigo a los líderes políticos. La democracia plebiscitaria no es pues, el ideal del individuo que razona sobre algo, sino que es la expresión de las emociones más básicas.
Y la tercera causa por la cual la democracia en occidente está en peligro se encuentra en la incapacidad del sistema educativo para generar pensamiento crítico en los estudiantes. Piedad Bonett, como jurado de un concurso nacional del cuento entre los estudiantes, horrorizada, exclamó que los estudiantes en Colombia “escriben como piensan y el pensamiento es pobre”.
Michel Foucault descubrió como, al comienzo de la modernidad -hace 500 años-, la educación descuidó la dimensión formativa de cada individuo. Por siglos, un papel central de la educación fue construir en cada ser humano lo que Foucault llamó la “inquietud de sí”. Luego, desde hace algunas décadas, empezaron a desaparecer o relegar a un segundo plano la enseñanza de lo que algunos consideran asignaturas “inútiles” (historia, filosofía, literatura). Hoy, dice Martha Nusbaum, se privilegian las asignaturas que, supuestamente, generan productividad económica.
La suma de ambas cosas: un proyecto educativo que no construye “inquietud de sí” en cada ciudadano y que no otorga herramientas culturales al individuo, (por culturales me refiero a historia, arte, etc.) es un sistema educativo que no construye la necesaria capacidad de [auto]crítica, que no tiene capacidad de formar ciudadanos con criterio moral confiable y, por lo tanto, construimos una sociedad débil, donde priman las emociones más básicas en la esfera de lo público. Como dice Alejandro Gaviria, el pensador que ahora funge de Ministro de Salud en Colombia, “la indignación está sustituyendo al pensamiento”.
Me atrevo a resumir y juntar el problema educativo y democrático en torno a dos elementos. La fortaleza democrática se basa, en mucha parte en una buena educación moral, la cual a su vez, pasa por:
1. La capacidad de sembrar en cada estudiante la inquietud por sí mismo. Que el estudiante se pregunte de dónde viene, para dónde va y qué tan respetuoso consigo mismo, con los demás y con el ambiente es su comportamiento, es una base necesaria.
2. La otra manera en que debemos educar el criterio ético de los jóvenes colombianos, para fortalecer la democracia, es sembrar en ellos cultura: y cultura, la entendemos con Roberto Palacio, es la capacidad de comprender en que estamos inmersos, el entramado de relaciones, ideas, bienes. Es saber ubicar cada elemento en algo más grande que sí mismo.
O como dice Carlos Alberto Ospina, profesor de filosofía de la Universidad de Caldas, se trata de formar “el espíritu [auto]crítico, la capacidad de observación, la posesión de una cultura, una sensibilidad, una ponderación del juicio y prudencia al obrar”.
Si seguimos profundizando exclusivamente en la senda de la emocionalidad y nos alejamos del camino del pensamiento, de la razonabilidad, las instituciones y la democracia podrían irse por el despeñadero.
* Palabras en la presentación de Nelson Vallejo y su conferencia sobre Educación Moral a los maestros de Caldas. U. de MZLS. 27- III- 2017
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