Mario César Otálvaro
@macotal
Que una demanda millonaria del Tuluá por Daniel Hernández -que supuestamente fue superada con el pago de una póliza- tenía trabada la negociación.
Que los compradores pusieron la plata para superar el impase bajo la condición de que se ampliará el plazo para el desembolso grande, y que aún no les responden.
Que el presidente de Once Caldas tuvo covid, y que por tal motivo fallaron a una de las citas concertadas.
Que Jaime Pineda quiere echarse para atrás ante eventuales nuevos actores en procura del equipo.
Que Tulio Castrillón seguirá en el cargo, y que patatín, patatán...
Todos estos supuestos tienen enrarecida la información sobre la venta de Once Caldas, que según Jorge Guerrero -representante de los nuevos inversionistas- sigue adelante sobre los tropiezos, sin que sea fácil.
La falta de comunicaciones oficiales abre paso a las especulaciones, al punto de que hubo periodistas nacionales de alto crédito asegurando -por ejemplo- que el contrato de Bodhert iba hasta 2021.
El propio señalado se encargó de desmentirlos con sorprendente declaración afirmando que va hasta el 31 de diciembre de este año, y que cuenta con el beneplácito de los actuales dueños para que siga. ¡Plop!
Que falta de carácter por Dios; no se ha enterado de que su ciclo arruinado con Once Caldas terminó, y que ya agotó hasta la paciencia.
Suma 9 fracasos encima y tiene el vestuario roto, en una continuidad de 3 años -único caso en Colombia- en los que no pudo estructurar el proyecto, ni favorecer procesos de formación.
Dignidad ante todo, con un rechazo casi absoluto, pues las distintas encuestas al respecto marcan cerca del 80% de reprobación a su gestión.
Lo preocupante de todo esto es que el tiempo pasa, y no se conoce quién escogerá su remplazo, ni cómo van a proceder para la adquisición de refuerzos.
Cambiar la defensa -si no en su totalidad, por lo menos en 2 o 3 puestos- es la tarea ante el bajo rendimiento cuando la atacaron, y eso que no me refiero a los débiles Chicó y Patriotas que pese a su neficacia, también exigieron al paraguayo Gerardo Ortiz.
La consecución de un volante creativo, de un lanzador de pelota quieta, amén de cubrir las vacantes de quienes terminan vínculo contractual, deben adelantarse desde ahora porque el tiempo de receso será corto.
Saber quién estará al frente de Once Caldas es importante; se había rumoreado que Diego Corredor era la carta colombiana, y ya renovó con Pasto. Las experiencias foráneas recientes no han sido positivas, y no se puede volver a fallar.
P.D.: En ausencia de Bodhert, su asistente Luis Eduardo Montaño dirigió 3 veces a Once Caldas con igual número de victorias, Tolima (2-3), Chicó (1-0) y Patriotas (2-0). Hasta por cábala deberían ponerlo contra Millonarios este jueves en el primero de 3 juegos sin margen de error por un cupo a la suramericana, única gracia de la liguilla.
Hasta la próxima...
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