Mario César Otálvaro
@macotal
Haciendo una analogía sobre la famosa frase de Kid Pambelé en el sentido de que es mejor ser rico que pobre, en el fútbol es preferible un equipo bueno que le gane a uno malo.
La manifiesta superioridad de Tolima en el 0-2 ante Once Caldas dejó en evidencia las diferencias entre ambos, y el por qué uno es campeón, y el otro, de los peores de la Liga.
El visitante marcó territorio generando cuatro opciones hasta que Anderson Plata abrió el marcador al minuto 11, aprovechando la confusión, los errores de entrega, los espacios entre líneas, y la permisividad defensiva.
Son asuntos inherentes a agresividad en marca y sincronización de movimientos que relacionan trabajo de semana. Válida la intención de Diego Corredor, pero por lo visto no le entienden el mensaje, o no le hacen caso, porque aplicación táctica no hubo Distinta cosa son las respuestas individuales - no las hay - y que se deben suplir precisamente con ordenamiento estratégico, como se observó en Pasto en el único triunfo bajo su dirección cuando se renunció al ataque en el complemento para resguardar el resultado.
Claro que Tolima es otro cuento, desequilibra por capacidad personal de sus hombres, tiene jerarquía, esquema de juego por bandas, y patrón en cancha.
El puntillazo fue de Julián Quiñones a centro de costado en el mejor momento del local, reacción propiciada durante los habituales 15 minutos en los que emerge Hárrison Otálvaro, lapso en el que Yoiver desaprovechó un cabezazo a portería limpia.
En el fútbol moderno, de atletas, de alto rendimiento físico, el 10 de Once Caldas camina, los delanteros nunca tiran al arco, y la mayoría reprueban por condición técnica.
Y sin descargar responsabilidades porque es iluso demeritar la categoría del triunfador, fue el cuarto de 13 partidos con afectación arbitral. Cerrando el primer período, un banderazo equivocado del asistente de oriental le quitó un gol válido a Juan David Pérez.
En la fecha 3 ante Millonarios una anotación legítima del mismo Pérez fue anulada. En la octava contra Bucaramanga, el central ignoró mano en el área de Correa y negó un tanto legal de Quiñones, y en la novena frente a Aguilas, obviaron penalti por mano de Quijada.
Cinco equivocaciones en cuatro juegos en contra de Once Caldas, y no hay un comunicado protestando ante Dimayor. Con Tolima ni siquiera hubo reclamo en el campo.
Que no quiere decir que pierda por los jueces ¡no! cae por su pobre argumentación futbolística y la discreta calidad de los integrantes del plantel.
Pero lamentable que los encuentros sin VAR están plagados de yerros arbitrales como sucedió recientemente en Cali cuando le autorizaron a Nacional gol viciado de Geisson Perea con un cuerpo de ventaja en el 2-2 por Copa Betplay.
Llegó el momento de exigirle a Dimayor la herramienta tecnológica en todas las plazas, o silbatos realmente capacitados para que el torneo no se siga desnaturalizando.
Aunque el lío en Once Caldas no es ese, es el manejo dirigencial de quienes contratan, pues si se salvan 5, no hay 6, y contrario a lo que piensa el entrenador, ni siquiera para establecer una base de cara a la próxima temporada.
Solo queda esperar lo que resta, que pase rápido, con la misma ilusión truncada de siempre, y es que no fallen en el armado, a sabiendas de que gran parte de la solución sería un cambio en la cúpula de mando.
Hasta la próxima...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015