A propósito de la Reforma Política que actualmente se tramita en el Congreso de la República, quiero compartir los puntos que, como Presidenta de la Comisión legal para la Equidad de la Mujer, estamos proponiendo para lograr una Reforma política que promueva una democracia incluyente y representativa, con mayor participación de las mujeres. 
Al revisar la propuesta de "Reforma Política y electoral que permita la apertura democrática para la construcción de una paz, estable y duradera", con lentes que permitan ver cómo afecta o promueve la participación de las mujeres, encontramos que reafirma la equidad de género como uno de los principios de los partidos políticos a tener en cuenta en sus estatutos y conformación de listas; lo que no es nuevo, como tampoco lo es, el incentivo del 5% de mayor financiamiento para los partidos que elijan más mujeres, o los principios de paridad (igual número de mujeres y hombres), universalidad y alternancia en la conformación de las listas, aspectos aprobados en el "equilibrio de poderes". 
El Acuerdo Final de paz, no representa solo el fin de un conflicto armado interno que, aunque lleno de retos, implica un actor armado menos en el escenario nacional; es una oportunidad única para incluir a quienes han estado fuera de los escenarios políticos, y ello conlleva a que tengamos que pensar en cómo tener en cuenta a las mujeres, quienes pese a representar la mitad de la población, de los votantes, más de la mitad de quienes se gradúan de educación superior, hoy representemos solo el 17,6% de personas en cargos de elección popular. En el departamento de Caldas, por ejemplo, la participación de las Mujeres en las alcaldías es del 7,4%, panorama un poco mejor es el de los concejos municipales en los que el número de concejalas representa el 21%, aunque no tenemos ninguna mujer en la Asamblea. 
La baja participación de las mujeres en la política tiene causas estructurales; solo hasta hace 60 años, las mujeres tenemos derecho al voto y por tanto a ser elegidas, por lo que aún deben garantizarse las condiciones para que esta competencia sea en condiciones de igualdad, sin regalarnos nada, solo equiparando las condiciones para hombres y mujeres, lograremos un aumento significativo. 
Estas razones nos llevaron a las mujeres en el Congreso, a buscar la inclusión de medidas para promover la participación de las mujeres en el proyecto de reforma, que se resumen en: Aumento progresivo de la presencia de mujeres en las listas de candidaturas y en las estructuras de los partidos políticos, 40% en elecciones de 2022 y 50% a partir del año 2026; pero no en los últimos lugares de las listas, sino de manera intercalada. 
Fortalecer el financiamiento de campaña y funcionamiento de los partidos, para las mujeres, lo que quiere decir, pasar al menos del 5 al 10% del total de recursos entregados a los partidos según las mujeres electas y crear un incentivo para anticipos de campaña por el número de mujeres inscritas, que sea entregado en el mes siguiente a la inscripción. 
Garantizar la presencia de las Mujeres en el Consejo Electoral colombiano. La propuesta es que cada terna que designe el Presidente de la República, las altas cortes y el Congreso, deberá estar conformada con un mínimo de 30% de uno de los géneros. 
Acceso a medios de comunicación para mujeres en campaña y una efectiva promoción de la cultura democrática con énfasis en la participación política de las mujeres, promoviendo su liderazgo, la prevención y sanción de la violencia política en su contra. 
Independientemente de la decisión que tome el gobierno nacional sobre seguir adelante o no con el trámite de la Reforma Política, las acciones para promover la participación de las mujeres, deben ser un punto fundamental a revisar, con el fin de fortalecer el desarrollo, la paz y la democracia, como un sistema incluyente y que represente a toda la ciudadanía, no solo porque las mujeres tenemos igualdad de derechos, gran liderazgo y talento, sino además porque las agendas de igualdad son un beneficio para toda la sociedad.