Los datos de población del Eje Cafetero están dejando tres conclusiones bien interesantes. Por una parte, la ciudad más grande es Pereira, con 467.269 habitantes, seguida por Manizales que arrojó una población de 434.403 personas y finalmente, Armenia con 295.208 pobladores. La segunda conclusión es que la tasa de crecimiento entre 2005 y 2018 no está en este mismo orden: Manizales está creciendo al 14,4%, mientras que Pereira lo hace al 5,4% y por último Armenia está progresando al 5,1%. La tercera conclusión es la ubicación en el ranking de ciudades por tamaño a nivel nacional: Pereira es la 13, Manizales se ubica enseguida en el puesto 14 y Armenia está en el 18.
El crecimiento de Manizales es bien interesante, porque está casi triplicando al de Pereira y Armenia. Esto exigirá inversiones importantes en servicios públicos, movilidad, oportunidades laborales. Es una buena noticia, porque hace algunos años no se presentaba este mayor crecimiento. La ciudad está siendo atractiva y así lo está demostrando. Estar en los primeros puestos de competitividad de ciudades del país está dando sus frutos. Facilitar la creación de empresas, impacta; tener buenos servicios públicos, cautiva; y tener tasas de inseguridad controladas, son atractivos para vivir.
De otra parte, en el contexto nacional, las ciudades del Eje Cafetero han estado perdiendo peso relativo, pues hay otras regiones del país que vienen creciendo a tasas muy superiores. Por ejemplo, Villavicencio lo está haciendo casi al 40% en ese mismo lapso de tiempo, 2005-2018. Valledupar al 38%, Montería casi al 30% y Santa Marta está creciendo por encima del 20%. Si bien un análisis más complejo de zonas metropolitanas puede también dar algunas luces interesantes, estos resultados muestran también cómo las distintas regiones y condiciones están impactando las tasas de crecimiento poblacional en los principales centros urbanos. El otro punto clave de análisis es que no solo importa el tamaño, sino también la calidad de vida.
A su vez, las tres capitales del Eje Cafetero sumarían un millón 196 mil 880 habitantes, población similar a Barranquilla la cuarta ciudad del país. Bien valdría la pena que la región pudiera establecer proyectos comunes que pudieran articular más las ciudades para darle un valor agregado al conglomerado, para este efecto los nuevos gobernadores del Eje y los alcaldes de sus capitales tienen un reto muy interesante, pues el trabajo en común y articulado puede ser un dinamizador adicional al desarrollo y bienestar de sus comunidades. Es una gran oportunidad para que desde la Región Administrativa y de Planificación del Eje Cafetero, RAP Eje Cafetero, se profundice la integración regional con proyectos de gran calado e impacto. A este espacio de planificación hay que darle vuelo y de verdad. Los proyectos deben ser ambiciosos y retadores, que aúnen los esfuerzos estatales regionales y nacionales, pero también los provenientes de la empresa privada y la sociedad civil. Los actuales gobernadores con las bancadas parlamentarias sacaron adelante la RAP, ahora le corresponde a los nuevos mandatarios darle vuelo de largo aliento.
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